Lo aprendido de chico

(Escrito el 6 enero 2023) 

Cuando tienes muchos años, sin buscarlo, te viene a la memoria cosas de cuando eras chico, las recuerdas y las quieres comparar con lo que ves ahora, sin pretender defender las tuyas ni mucho menos. Es tan sólo recordar y sobre ellas reflexionar.

Por aquella época, íbamos a la Escuela con la Enciclopedia que trataba de todo. No recuerdo si había libros de lecturas para nosotros o si el maestro nos leía alguno para todos. El caso es que ahora lo que recuerdas te preguntas: ¿dónde y quién me enseñó esto que tantas veces he recordado y que mucha gente más joven no conoce? Si muchos de nuestra edad lo recordamos es que nos lo enseñaron. No lo aprendimos en libros que pudimos leer en nuestras casas aisladamente

Muchas veces he recordado aquello que decía: “Admirose un portugués/ de ver que en su tierna infancia/ todos los niños de Francia / sabían hablar francés/…….” . Aquel otro que empezaba: “Cuentan que un sabio un día/ tan pobre y mísero estaba/ que sólo se sustentaba / de las hierbas que el cogía……” o el romance de la Loba Parda: “Estando yo en la mi choza/ pintando la mi cayada/ las cabrillas iban altas/ y la Luna rebajada….”

Algunas de estas cosas, las has podido contrastar con personas que no eran de tu zona, por lo que la enseñanza de ellas debía tener un ámbito amplio. En otras ocasiones te recitan cosas que tú no las oíste nunca, por lo que también debía de haber temas mucho más localizados.

En aquellos tiempos que no existía la televisión, internet, los móviles, etc, quizá fuese una forma de relacionarse y de matar el tiempo. ¿Existe en la enseñanza ahora algo de esto? ¿Recitan cosas similares ahora los jóvenes en los recreos de los Colegios? Antes tan sólo llevábamos la Enciclopedia y una pizarra con el pizarrín. Ahora que ves a los chicos con semejante mochila de libros te preguntas: ¿qué llevarán allí? Yo, al tener los nietos muy lejos no he podido seguir la evolución del contenido de los libros pero a veces me pregunto: ¿enseñarán ahora poemas similares a los que a nosotros nos enseñaron?

Pasas un buen rato cuando al recitar algo de esto que he escrito, ves que el que lo escucha también se lo sabe y después él te sigue con otro que tú nunca habías oído.

No fueron buenos tiempos aquellos de nuestra infancia, pero alguien que no se quién fue, nos enseñó algo que te alegras ahora al recordarlo

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Estrenando Nueva Agenda

(Escrito el 31 diciembre 2021)

 

Año Nuevo, Agenda Nueva,

en esto hay que pensar,

y con boli o lapicero

lo podamos apuntar.

Lo primero son los cumples

que hay que felicitar

y esos días oportunos

tú los debes señalar.

 

Luego vendrán otras fechas

que tú deberás marcar,

cuando vienen los seguros

que tú tienes que pagar.

Cuando le toca ITV

que tu coche ha de pasar,

y el día que tu Carnet

se te llega a caducar.

 

De la visita a médicos

no te puedes olvidar,

pues el día de la cita

te lo debes apuntar,

no olvidando, días antes

sangre tienen que sacar.

Si has pedido IMSERSO

te lo tienes que anotar

45 días antes

tú lo tienes que pagar.

 

Y si vas a Bibliotecas

para sus libros leer,

apúntate en esa Agenda

el día de devolver.

Y también apuntarás

con constancia y tesón

los días que tú te pesas

y te tomas la tensión.

 

Sino tienes una Agenda

ni a tí te gusta apuntar,

tú puedes estar seguro

hay cosas que olvidarás.

Sin embargo, si te gusta

muchas cosas anotar

cuando llegue el día Reyes

mucho escrito ya tendrás.

 

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¿Y quién hace la tortilla?

(Escrito el 15 octubre 2022)

Algunos podrán pensar que la reflexión de hoy se tenía que titular mejor ¿quién hace la tarta?, pero Celedonio cree que antes del postre debe estar la comida

En toda sociedad democrática creo que se aspira a que nadie llegue a tener necesidades, sin embargo, parece que cada vez nos distanciamos más de ello. Muchos de los que ya son ricos, cada vez tienen más y al contrario cada vez es mayor el número de ciudadanos que cada vez tiene menos. ¿Qué estamos haciendo?

Tiempo atrás Celedonio titulaba su reflexión semanal: “La verdad que somos muchos”. Comentaba en ella la charla que en los años 70 escuchó a D. Javier Osés (q.e.p.d.), Obispo de Huesca. El título era “Paternidad responsable”. Los padres debían programar los hijos a tener según sus circunstancias. Mucho después, en 2015 creo recordar que el Papa Francisco decía más o menos: ser católico no implica tener hijos como los conejos. ¿Qué ha hecho la humanidad tras esas advertencias? ¿Se ha reconocido esa situación? ¿Se ha dado alguna norma o recomendación?

En esta semana, el azar me llevó a escuchar en la TV un programa en que expertos debatían el tema de la felicidad. Para ser feliz, uno de los ponentes fijaba la cantidad de 100.000 euros anuales según algunos estudios. Otros exponían que el 70% de los que habían sido agraciados con la Lotería, al cabo de unos años, no habían mejorado su situación de felicidad. Con estos planteamientos ¿qué pensar? ¿estar esperanzados con nuestra vida? ¿frustrarnos ante nuestra situación? Desde luego los 8.000 euros mensuales que se indican , ni por el forro lo vamos  alcanzar. Habrá que buscar la felicidad en otros sitios.

Si todos hemos de trabajar como empleadores o como empleados, ¿no habrá que llegar a un entendimiento real para que al menos a todos nos toque un poco de la tortilla? Todos tenemos que aportar algo. El empleado bien tiene que reclamar un mínimo para poder resistir. Al empleador bien le tiene que quedar algo de beneficio para cubrir sus inversiones. ¿Dónde está el límite de lo que debe de cobrar el empleado y el beneficio del empleador? He ahí la cuestión. Todos queremos comer tortilla y alguien la tendrá que hacer.

Si no fuésemos tan marranos, sobrarían barrenderos y el importe de este capítulo podría ser destinado a otros fines que pudieran hacernos más felices. Si pensásemos en los que no tienen para comer, no tiraríamos tanta comida a los contenedores. Si no ensuciásemos tanto las paredes no habría que destinar presupuestos para limpiarlas, etc, etc.

Todos tenemos apetito y queremos que nos llegue un trozo de esa tortilla comunitaria, pero ¿quién la tiene que hacer? Desde luego esos que para ser felices necesitan de unos ingresos mensuales de al menos 8.000 euros, supongo que no están dispuestos a pelar las patatas para hacerla. Otros con muchos menos, aunque no les han preguntado, estoy seguro de que son felices, por lo que a lo mejor si a esos de los 8.000 euros al mes se les rebajase, a lo mejor encontraban la felicidad en otro campo que no era el dinero y con lo que sobrara se podía pensar en que otros podrían pelar las patatas y hacerla y con un poco de suerte a lo mejor nos tocaba a todos un poco.

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¿Vocación? ¿Necesidad?

(Escrito el 28 octubre 2022) 

Cuando vas por Zaragoza

no lo puedes evitar,

ver a gente bien plantada

con postura ejemplar.

Son los que venden la Biblia

que llaman de Jehová

siempre al menos por parejas

allí de pie los tendrás.

 

Muy cerca el expositor

con sus Biblias y anuncios,

mas gente hablando con ellos

no se ve que haya muchos.

No te dan ningún papel

como hacen en otros sitios,

la gente pasa y los ve

ellos permanecen fijos.

 

¿Buscan vender ese libro?

¿es sólo publicidad?

¿es el darse a conocer

ante toda la Ciudad?

Ellos están sonrientes

sin perder la compostura,

cuchichean entre ellos

sin demostrar ser tortura.

 

¿Lo hacen por vocación?

¿ganan méritos con eso?

dentro de la Organización

quizá ellos suban puesto.

Cuando hagan su curriculum

ellos podrán recalcar,

ejemplares vendí pocos

pero horas en la calle

no se pueden ni contar.

 

Admiro su valentía

que han demostrado tener,

a lo largo de los días

que todos podemos ver.

 

Ahora cambio de tercio

y paso a ¿necesidad?

esta tarde en Plaza España

lo he podido observar.

Estuve un rato sentado

en los bancos que allí hay,

observando al que pasa

y lo que allí va a pasar.

 

Al menos hay cuatro chicas

o chavalas, es igual

con un semi uniforme

que quietas no van a estar.

Portafolios en la izquierda

en la derecha para anotar,

y a todo el que pasa

ellas los quieren parar.

 

¿Qué es lo que ellas ofrecen?

no lo he podido saber,

con algo de suscripciones

relación puede tener.

Llevan colgando un cartel

que será su identidad,

pero al que viene de cara

a ese igual le da.

 

Mira que hacen señales,

hacen gestos y demás,

invitando a detenerse

y el viandante ni hablar.

No estuve mucho rato

pero esto puedo decir,

no hablaron con ninguno

ni dejan de sonreír.

 

La paciencia de las chicas,

diría barbaridad,

eso no es por vocación

¿será por necesidad?

 

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Objetivo: consumir

(Escrito el 19 febrero 2023) 

Cuando hechas la vista atrás y observas lo que la vida nos ofrece en la actualidad, tienes que preguntarte ¿es el objetivo de la misma consumir y consumir?

Los que ya nos pesan los años, quieras que no, conocimos otros tiempos. Recuerdo cuando se compartían actividades sin necesidad de gastar ni consumir. Tras la misa de los días festivos, en muchos pueblos se jugaba a la pelota. No había frontones como los que ves ahora en lo polideportivos, pero la pared de muchas iglesias servía de frontón. Se jugaba dos contra dos y los que perdían salían y entraba otra pareja. ¿Cuántos ratos se pasaban aquí y a cuántos entretenían?

Esos mismos días por la tarde también era habitual ver a los tiradores de barra. Por parejas o individuales se hacían campeonatos y se pasaban muchos ratos los participantes y los que miraban. Con todo el progreso que ha habido ¿qué queda de esos juegos que podías ver? ¿No se podía haber inventado otros que tuviesen el mismo fin?

No digamos del uso de la ropa. Los rotos de muchas prendas de trabajo se apedazaban y se llevaban sin ningún reparo. A los cuellos de las camisas se les volvía del revés y muchos vestidos al quedar viejos pasaban a hacer su servicio como delantales. ¿Qué queda de aquello? Ahora se venden los pantalones rotos y hemos pasado de aprovechar a consumir.

Antes a las chicas en las escuelas se les enseñaba labores y de mayores podían y hacían todas estas cosas, pero ahora ¿cómo se les va a enseñar eso? Sería machismo o vete tú a saber. No sé si lo seguirán haciendo, pero hace muchos años que estuve en un viaje a Suecia, nos decían que en la escuela los chicos y chicas tenían dos asignaturas comunes: costura y carpintería. El botón de la camisa o pantalón se lo cosía el hombre, pero la mujer también cepillaba la puerta cuando no cerraba bien.

En todas las actividades que ves, sólo puedes ver el fin de consumir y la promoción de ello. Se tiende a no aprovechar nada, a gastar lo que tienes y más, pues por todos lados te incitan a ello. El dinero es necesario que corra se dice, pero ¿cómo afrontar la vida el que no tiene o no le llega?

Se han inventado y puesto al día montón de fechas que hay que celebrar, pero ¿qué se pretende con ellas? Consumir y consumir. Gastar y gastar. ¿Por qué no se ha establecido el día del consumidor? Alguien dirá que ya están las rebajas, cuyo objetivo es consumir y gastar. ¿Acaso existe el día del consumidor en restaurantes y bares? No hace falta que se fije un día determinado, pero alguna vez te podían decir: hoy el café o la cerveza cuesta la mitad. Es el día del consumidor. No se debe ahorrar. El objetivo es gastar.

En los Centros Comerciales que se montan, además de las tiendan están los sitios de esparcimiento. Mientras la mujer compra, el hombre bebe y el chico patina. Para todos está preparado pero a base de consumir y gastar.

El tema de hoy podría ir para largo y se haría interminable. Si consideramos que la vida se debe montar así, los que les queda muchos años de vida quizá en algún momento reflexionen sobre ellos. Los que ya casi la hemos vivido, tan sólo lo comentamos.

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