Mentes privilegiadas
(A la misma señora que le escuché
lo
de Petrica la Revisalsera, le oí recitar
esta
Baturrada con 70 años)
Salí
de mi pueblo un día
pa
ir a Zaragoza a ver
a un
primo de mi mujer
que
estaba con pulmonía.
Eché
al cesto pa almorzar
el
rocho y el churicico,
y
amontau en mi burrico
¡ala,
ala!, emprincipié andar.
No
habría andau...
ni
tan siquiera dos horas,
cuando
de pronto
se
quedó el burro hecho un tonto
parau
en la carretera;
como
era cosa tan rara
que
el animal de improviso
y
sin pedime a mí premiso
tan
en seco se parara,
me
dije..:
¡es
que el burro ha barruntau
que
por aquí cerca hay gente..!
miré
y efectivamente
había
un hombre a mi lau.
Era
un viejo setentón
barbudo
y coloradote
güen
mozo, y con un cogote
más
afeitau que un melón.
Yo
al velo, dí a trás un paso
y me
eché mano a la faja,
y en
sacando la nevaja
la
preparé por si acaso.
Sin
movese me miró
y yo
fuí y le pregunté:
tío
güeno.. ¿quién es Vd.?
Soy
San Pedro, contestó.
¿San
Pedro..? El mismo Colás
¿Y a
qué viene uste puaquí?
Vengo..,
pues por verte a tí,
quiero
saber donde vas.
Bien,
pues pa que usted se entere
a
Zaragoza me voy.
¿Y
cuando piensas llegar? ¡Hoy!
eso
será si Dios quiere
¿si
Dios quiere..? pregunté
es
natural añadió;
ni
que quiera ni que no,
le
respondí ¡llegaré!
¿Hablas
en serio Colás?,
tengo
muy duro el tozuelo
ni
todos los Santos del Cielo
no
me harán golver atrás.
Respeto
tu tozudez
me
dijo con RITINTIN...
sigue
tu viaje hasta el fin,
pero
si vuelvo otra vez
a
encontrarte en mi camino
y al
hallarnos cara a cara
dónde
vas te preguntara
de
un modo amistoso y fino,
si
no quieres que me altere
y te
castigue Colás,
después
de decir dónde
has
de añadir "si Dios quiere"
¿Prometes
hacerlo así?
¡Veremos
le contesté!
y mi
burrico monté
y mi
camino seguí.
Llegué
a Zaragoza bien,
mastuve
allí una semana
y un
día muy de mañanas
me
dije: ¡me güelvo a Mallén!
Aparejé
mi animal
mientras
cantaba una jota
coloqué
a mano la bota
el
rocho y el churicico
y en
unión de mi animal
que
no iba nunca sin mí
de
Zaragoza salí
¡más
tieso que un concejal!
Al
poquico de emprender
el
viaje de esta manera,
San
Pedro en la carretera
se
me golvió aparecer ;
el
burrico se paró
cuando
lo tuvo delante
y
callaus por un instante
al
fin dijo: ¿dónde vas?
¡a
Mallén! le contesté
aunque
no le paizca bien.
Dí,
si Dios quiere, Colás,
quiá ..
quiá ..,no se desaspere
ni
ponga uste empeño en ello,
ni
aunque me corten el cuello
no
añadiré‚ si Dios quiere.
¿No
quieres decirlo..? ¡No..!
Bueno,
pues por no querer,
desde
hoy, rana vas a ser;
y en
rana me convirtió;
me
echó al Ebro y me dió un baño,
mayor
de lo que quería,
mie
usted que baño sería,
que
estuve en el Ebro un año.
Yo
estaba desasperau,
no
fue nada lo del ojo,
con
tanto estar a remojo
salí
hecho un bacalau.
Bien
me fastidió el endino,
pues
mientras estuve allí,
tan
harto de agua salí,
que
ahora bebo solo vino.
Después
de tanto esperar
San
Pedro un día golvió
y
del arco en que me echó
quiso
golverme a sacar.
Cuando
me tuvo a su lau
me
dijo: ¿que‚ tal amigo,
creo
que con el castigo
ya
estarás escarmentau?
Por
consiguiente Colás
aprovecha
la lección
y
para obtener perdón
contesta
bien: ¿dónde vas?
Y
yo... que para hablar soy franco
contesté
de esta manera:
¿qué
ande voy?
ande
usted quiera:
¡A
ZARAGOZA u al CHARCO!
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