viernes, 22 de julio de 2011

¡ A cada uno lo suyo !

(Escrito el 3 de marzo de 2011)


Desde que en España se diseñó el Estado de las Autonomías, siempre hubo defensores y detractores de las mismas. La expresiones de que España se parte, España ya no existe, etc han sido tan frecuentes, que uno ya no les da importancia, pues a trancas o barrancas, España sigue.

Sin entrar en la discusión del sí o no, a favor o en contra, el que más y el que menos se ha hecho alguna reflexión como ésta: Si dividimos los 45 millones de habitantes que tiene España entre 17, obtenemos un resultado de 2,64 millones por cada una. Este número de habitantes los tiene el extrarradio de muchas ciudades europeas, americanas o asiáticas. Si a esto añadimos que este reparto no es homogéneo, nos encontramos que Autonomías Uniprovinciales tienen un organigrama de Cortes, Gobierno, Altos Cargos, etc, similares al Gobierno Central. Si dividiésemos los habitantes por los cargos ¿a cuántos tocarían? No parece lógico, que para tales viajes hagan falta semejantes alforjas.

Mientras se pusieron en rodaje, se hicieron las primeras transferencias, etc, todo parecía ir viento en popa, pero cuando ha llegado la época de apretarse el cinturón, las dudas empiezan a surgir. Los que estaban en contra toman fuerza, los que no opinaban hablan, algunos de los defensores dudan y los convencidos en muchas ocasiones no encuentran argumentos de su defensa.

Como punto positivo de todas ellas, se argumenta el cambio experimentado en España desde que están, es decir entre los últimos 30-35 años. ¿Han sido las Autonomías la causa del progreso? Pienso que no, pues si cogemos cualquier otro período de 30-35 años nos encontraremos con lo mismo. Desde 1939 en que yo nací hasta 1969-1974 (que también suman esos años), aunque con situaciones distintas y que conste que no las añoro, también se prosperó, como se prosperó de los años 60 al final del siglo XX, con períodos de tiempo similares.

A veces parece que todo el progreso es debido a la política y el progreso lo dictan las empresas, los trabajadores y la sociedad en general que son los que hacen la transformación, aunque la política pueda colaborar en ello.

Y tras esta humilde introducción, que para algunos será totalmente desacertada, y me calificarán de retrógrado, franquista y antiautonomista, me permito hacer la siguiente reflexión:

¿Qué hubiese sucedido si desde que están en marcha las Autonomías, no hubiese entrado dinero de la Comunidad Económica Europea? No lo voy a cuantificar, porque no lo sé, ni creo que haga falta evaluarlo. En el campo han entrado muchos millones de euros a través de la PAC, que el agricultor-ganadero ha recibido en su cuenta. La mayor parte de las obras que vemos cuando circulamos por nuestro territorio, tienen un hermoso cartel en el que se indica el importe y la cofinanciación o financiación de la Comunidad. En la portada o al final de un sin fin de publicaciones, nos encontramos con la reseña que se ha hecho con participación económica de la Comunidad. Nos envalentonamos y presumimos de la red de carreteras o los kms del AVE, etc.

Todas estas cosas, que son progreso, que se han desarrollado en los últimos 30-35 años, ¿son fruto de la gestión autonómica? Por favor, no nos apuntemos como triunfo autonómico lo hecho con dineros que vinieron de fuera. La Comunidad los gestionó, pero sin ella también hubiese habido otras formas de gestionarse.

Pienso que no es justo, y que a cada uno hay que darle lo que le corresponde. Aprovecharse de lo positivo y no afrontar los problemas, es esconder la cabeza bajo el ala y a los problemas hay que plantarles cara y tratar de solucionarlos.

Próximo tema: Profunda decepción

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