(Escrito el 15 de enero 2022)
Los que ya
somos mayores
y tenemos
muchos años,
podemos hacer
balance
de juguetes y
regalos.
Si pensamos
en los Reyes,
dificultades
había,
pues a muchos
de los pueblos
ni carretera
tenían.
Como había
tantos sitios
que tenían
que atender,
pienso se los
repartían
a muchos no
iban los tres.
Como ellos no
anunciaban
la hora que
llegarían,
nos íbamos a
dormir
y seguro que
vendrían.
Por la mañana
temprano
pensabas si
habrán pasado,
la cebada en
la ventana
ya se la
habían llevado,
y allí muy
cerca de ella
encontrabas
lo dejado.
Si eras chico
un caballo
de madera con
su carro,
si eras chica
una muñeca
nada de eso
era raro.
Cuando
pasaron los años
los cambios
fueron variables
y empezaron a
abundar
los juguetes
desmontables.
Cuando
recuerdas ahora
todo eso y
sin prisas,
aunque a
veces estés solo
te produce
muchas risas.
Otras veces
yo recuerdo
sin echarlo
en el olvido,
le
preguntabas al padre
¿qué le han
traído a su hijo?
Le habían
echado cosas
pienso que
raras, no se,
pues entonces
él decía:
le han echado
un “si señor”
y también un “mande
usted”
Ahora en
estos tiempos
son juguetes
tan modernos,
que con
nietos tan mayores
no estoy al
tanto de ellos.
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