domingo, 31 de enero de 2010

Los ríos y los daños de las crecidas

A lo largo de la vida, nos hemos encontrado con personas mayores que nos han dicho que de chicos no pudieron ir a la escuela, algunos que fueron poco y por las justas aprendieron a leer y escribir y otros finalmente les oyes decir que el maestro les enseñó lo justo: leer, escribir y las cuatros reglas.

Todos ellos, aunque no se den cuenta, aprendieron también una fórmula que se da en la asignatura de física y que dice que C= S x V (Caudal es igual a sección por velocidad). Y digo que todos, porque aun aquellos que nunca fueron a la escuela, cuando les ves en el huerto manejando el agua para regar, rascan el suelo con la azada cuando quieren que el agua corra más o bien echan un poco de tierra en el surco cuando quieren que vaya mas despacio y el agua se embalse.

Esta fórmula tan elemental parece ser que se está poniendo en duda, o se considera ya como no válida. No sé si las ciencias modernas habrán descubierto otras cosas pero me da la impresión que personas con muchos títulos, licenciados en no se cuantas cosas por distintas Universidades, con grandes cargos públicos, etc han olvidado cuestiones tan elementales como esta.

El caudal de los ríos es difícil de controlar porque el agua llega bruscamente, pero algo se podrá hacer por encauzarlos. Muchas veces los embalses son insuficientes porque ya están llenos e incluso hay que desembalsar y otras el agua procede de corrientes de agua formadas por debajo de dónde está la presa o de ríos y cauces que no tiene ninguna regulación.

Antes, y sobre todo en ríos pequeños, el propietario de la parcela que estaba a la orilla del río intentaba protegerla; formaba espigones con árboles que cortaba o que arrastraba el río y allí el río iba dejando sus arrastres y se hacía una defensa natural. Otras veces, quitando gravas donde interesaba la corriente se desviaba.

¿Pero qué pasa en los ríos ahora? Que todos los arrastres que traen en épocas de crecida los dejan donde pueden y de allí nadie toca nada. Si cuando viene otra crecida el agua encuentra obstáculos para circular, al ir más despacio tiene que coger mas anchura y la inundación por las orillas es cada vez mayor. La fórmula es invariable. Si el agua va más despacio tiene que inundar más superficie.

Se está viendo que cada vez las crecidas superan el punto alcanzado en las anteriores. Eso no significa que el caudal haya sido mayor, sino que el fondo del río cada vez está mas alto.

Cuando viene la crecida y todos estamos con agua al cuello, como vulgarmente se dice, se comenta la necesidad de dragar los ríos, de quitar la maleza que hace detener el agua, etc. pero pasada la riada y el río vuelve a su cauce, todo eso se esfumó y a esperar a la siguiente, hasta que un día llegue que todos los cálculos se vengan a bajo y pasará lo que pase.

Me hago cargo de que el dragado de un río es costoso, pero hay medidas indirectas que se podrían poner en marcha no desde ya, sino que nunca se tenía que haber prohibido. Una cosa es sacar gravas sin discriminación y otra cosa simple sería señalar previamente las zonas dónde tendrían que extraerse.

Las malezas que el río deja, tampoco sería muy costoso ir eliminándolas. Antes, todos los cauces de los ríos eran visibles, ahora en muchos tramos se une la vegetación de ambas orillas. Si lo que se está haciendo en la actualidad es lo correcto “ a lo mejor habría que mandar a alguno de los responsables a regar el huerto para ver si lo comprende”
Próximo tema: ¡Que vienen los de los autos!


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