miércoles, 21 de abril de 2010

Caminando por la vida



(Escrito el 12 noviembre 1997)

Quizá me pueda influir
el ser de zona rural,
pero siempre me gustó
pasear y caminar,
y por ello un buen día
hacia el monte me fui a andar;
desconocía el camino
pero me daba a mí igual
oí hablar de senderos
y de poco más o menos
donde estaría el final.

En los primeros momentos
tuve alguna confusión,
había varios caminos
muchas zarzas, matorral,
mas pronto yo me orienté
y encontraría la senda:
¿sería la verdadera?
¡parecía lo normal!
no era camino recto
abundaba el zig-zag,
mas el camino seguía,
las botas se acomodaban
me empezaba a calentar.

Al pasar por un recodo
otra persona encontré,
buenos días, buenos días,
¿también va Vd. hacia arriba?
aunque despacio, así es,
y seguimos caminando
hasta encontrarnos con otro
y entonces éramos tres.

Nos paramos a beber
y una vez hasta almorzar
cuando la cuesta era fuerte
nos teníamos que parar
a limpiarnos el sudor
y después a descansar;
pero el camino seguimos
y pronto a unos chicos
les llegamos a alcanzar,
y como era el mas viejo
unas veces preguntando
y las otras contestando
no paraba yo de hablar.

Me preguntaban del monte
de animales que allí hay
demostrando confianza
y hasta creo que forjamos
lo que podríamos llamar
una buena amistad.

Al verlos que eran novatos
yo les quise explicar
como debe caminarse
por las zonas peligrosas
que sin duda muchas hay.

Que llevasen buen calzado
que supiesen respirar
que se parasen al sol
pues si sudas y hace fresco
y te paras a la sombra
tú te puedes enfriar,
y al ver la trucha en el agua
les decía a que hora
con qué cebo y con qué caña
se podría allí pescar.

Los chicos lo agradecieron
compartimos la comida
y el vino al merendar,
y cuando llegó la noche
en un sencillo refugio
tuvimos que pernoctar.

Allí pasamos la noche
descansando lo normal,
y cuando se hizo de día
nos calzamos, nos vestimos,
nos lavamos y almorzamos
al tiempo que preguntaba
¿dormisteis muy bien o mal?
y uno con voz muy ronca
me mira amenazador
diciendo:¡ yo lo pase fatal!
¿y como ha sido eso
si yo te escuché roncar?
pues habré roncado algo
pero he pasado la noche
sin pararme de soñar.

Soñé con los animales
que por estas tierras hay,
con las víboras y fieras
que Vd. mismo ayer decía
que podían hacer mal,
así que Vd. es culpable
de la noche que pasé
y maldigo el momento
en que ayer en el camino
a Vd. me lo encontré.

Dejemos la cosa en paz
pues prefiero ya no hablar
no me pidas un consejo
que no te lo voy a dar.

Próximo Tema : “El Patrimonio de Camps”

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