sábado, 22 de diciembre de 2012

La vuelta a la tortilla



(Escrito el 8 de junio 2012)

Hoy, parto de una Cita atribuida a Miguel Angel San Pedro que dice: “"Hay dos tipos de economistas: los que trabajan para hacer más ricos a los ricos y los que trabajamos para hacer menos pobres a los pobres" .

También me viene a la memoria otra de un compañero de trabajo: “Lo que se oye se olvida, lo que se ve se recuerda y lo que se hace se aprende”. Espero que ambas me puedan ayudar a exponer algunas ideas que me hierven en la cabeza.

Estamos viendo en la sociedad, personas que tienen un alto nivel de vida, que proceden ya de familias adineradas de siempre y que ocupan altos cargos de responsabilidad en el Gobierno o en otras instituciones. Para mí, no son las más adecuadas y me uno al mensaje de Miguel Angel San Pedro porque los economistas que les asesoraron fueron de los trabajaban para hacer más rico al rico y si ellos son economistas es lo que aprendieron. Con el slogan de mi compañero, oyeron de que había gente necesitada, a lo mejor incluso la vieron, pero nunca convivieron con ella, porque nunca aprendieron que hay gente que tiene necesidades.

Todos conocemos la expresión de que “fue cocinero antes que fraile” y eso da un gran valor a esa persona porque le hace conocedor y puede recordar y aprendió lo que se guisa por puestos más bajos. En otras profesiones también se da este conocimiento y experiencia. Es el caso del que empezó por la Formación Profesional, después obtuvo una carrera técnica y finalmente ingresó y terminó con una carrera superior. Similar es el que entró en el banco de botones y terminó ocupando incluso la dirección.

Si repasamos el historial de algunos dirigentes que ocupan y han ocupado puestos muy altos, nos damos cuenta que nunca trabajaron, por lo que nunca pueden ni recordar, ni mucho menos han podido aprender nada. El alto cargo no se lo ganaron, sino que se lo encontraron. También aquí aportaría otro refrán muy antiguo que dice que “para mandar hacer una cosa hay que saberla hacer “.

Todos estos “niños de papá”, que solamente vieron en sus casas, cómo se multiplicaban los ingresos, no aprendieron nunca como lo ganan los de abajo, por lo que no se puede identificar nunca con ellos, ni puede conocer sus necesidades, ni por lo tanto conocer cómo poder mejorar su situación. Sólo vio crecer y crecer la fortuna familiar sin pararse a pensar cómo se obtenía.

Si queremos que todo vaya mejor, hay que buscar a personas que piensen en el bien de todos y no solamente en el de unos pocos y desde la Universidad hay que inculcar cómo dirigir una empresa para que pueda ganar dinero, pero justo es que ese beneficio que se ha conseguido con el esfuerzo de todos revierta también sobre todos.

Me hace gracia cuando uno que vive en una gran mansión, lleva coche y reloj de los más caros del mercado, pide el voto en unas elecciones y dice que nos defenderá y apoyará. ¿Cuándo aprendió a conocer nuestras necesidades?

El sistema en que estamos metidos no sirve y los dirigentes han demostrado que ni tienen olfato de lo que se avecinaba, ni valentía de pedir responsabilidades. Si al que roba no se le exige que devuelva lo que se llevó, si al defraudador se le compensa con una amnistía fiscal, si el que tiene dinero paga una fianza en lugar de ir a la cárcel, si al que por casualidad entra tiene una serie de privilegios, etc. ¿Dónde vamos a ir a parar?

O damos la vuelta a la tortilla, o nos vamos la mayoría al garete, y digo la mayoría, porque algunos les habrá ido bien y ni llegarán a comprender por qué nos quejamos.

Próximo tema: Ahora tenemos Prima


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