(Escrito
el 8 de junio 2012)
Hoy, parto de una Cita atribuida a Miguel
Angel San Pedro que dice: “"Hay dos tipos de economistas: los que
trabajan para hacer más ricos a los ricos y los que trabajamos para hacer menos
pobres a los pobres" .
También me viene a la memoria
otra de un compañero de trabajo: “Lo que se oye se olvida, lo que se ve se
recuerda y lo que se hace se aprende”. Espero que ambas me puedan
ayudar a exponer algunas ideas que me hierven en la cabeza.
Estamos viendo en la sociedad,
personas que tienen un alto nivel de vida, que proceden ya de familias
adineradas de siempre y que ocupan altos cargos de responsabilidad en el
Gobierno o en otras instituciones. Para mí, no son las más adecuadas y me uno
al mensaje de Miguel Angel San Pedro porque los economistas que les asesoraron
fueron de los trabajaban para hacer más rico al rico y si ellos son economistas
es lo que aprendieron. Con el slogan de mi compañero, oyeron de que había gente
necesitada, a lo mejor incluso la vieron, pero nunca convivieron con ella,
porque nunca aprendieron que hay gente que tiene necesidades.
Todos conocemos la expresión de
que “fue
cocinero antes que fraile” y eso da un gran valor a esa persona porque
le hace conocedor y puede recordar y aprendió lo que se guisa por puestos más
bajos. En otras profesiones también se da este conocimiento y experiencia. Es
el caso del que empezó por la Formación Profesional, después obtuvo una carrera
técnica y finalmente ingresó y terminó con una carrera superior. Similar es el
que entró en el banco de botones y terminó ocupando incluso la dirección.
Si repasamos el historial de
algunos dirigentes que ocupan y han ocupado puestos muy altos, nos damos cuenta
que nunca trabajaron, por lo que nunca pueden ni recordar, ni mucho menos han
podido aprender nada. El alto cargo no se lo ganaron, sino que se lo
encontraron. También aquí aportaría otro refrán muy antiguo que dice que “para
mandar hacer una cosa hay que saberla hacer “.
Todos estos “niños de papá”, que solamente
vieron en sus casas, cómo se multiplicaban los ingresos, no aprendieron nunca
como lo ganan los de abajo, por lo que no se puede identificar nunca con ellos,
ni puede conocer sus necesidades, ni por lo tanto conocer cómo poder mejorar su
situación. Sólo vio crecer y crecer la fortuna familiar sin pararse a pensar
cómo se obtenía.
Si queremos que todo vaya mejor,
hay que buscar a personas que piensen en el bien de todos y no solamente en el
de unos pocos y desde la Universidad hay que inculcar cómo dirigir una empresa
para que pueda ganar dinero, pero justo es que ese beneficio que se ha
conseguido con el esfuerzo de todos revierta también sobre todos.
Me hace gracia cuando uno que
vive en una gran mansión, lleva coche y reloj de los más caros del mercado,
pide el voto en unas elecciones y dice que nos defenderá y apoyará. ¿Cuándo
aprendió a conocer nuestras necesidades?
El sistema en que estamos
metidos no sirve y los dirigentes han demostrado que ni tienen olfato de lo que
se avecinaba, ni valentía de pedir responsabilidades. Si al que roba no se le
exige que devuelva lo que se llevó, si al defraudador se le compensa con una
amnistía fiscal, si el que tiene dinero paga una fianza en lugar de ir a la
cárcel, si al que por casualidad entra tiene una serie de privilegios, etc. ¿Dónde
vamos a ir a parar?
O damos la vuelta a la tortilla,
o nos vamos la mayoría al garete, y digo la mayoría, porque algunos les
habrá ido bien y ni llegarán a comprender por qué nos quejamos.
Próximo tema: Ahora tenemos Prima
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