sábado, 14 de febrero de 2015

En la cabeza los pobres



(Escrito el 5 de octubre de 2014)
En este mismo Blog, el 8 de junio de 2012 y publicado el 22 de diciembre de ese mismo año, Celedonio titulaba  la reflexión de ese día, “La vuelta a la tortilla”. Para ello se apoyaba en una Cita atribuida a José Luis Sampedro que dice: “"Hay dos tipos de economistas: los que trabajan para hacer más ricos a los ricos y los que trabajamos para hacer menos pobres a los pobres"  y también a otra de un compañero de trabajo que siempre recordaba: “Lo que se oye, se olvida. Lo que se ve, se recuerda. Lo que se hace, se aprende”.
Al iniciar la reflexión de hoy, también me apoyo en la letra de una jota que hace muchos años escuché a un montañés y que decía así:
En la entraña de estos montes
cuánto oro habrá escondido,
y en la cabeza los pobres
                                               cuánto talento perdido.

Cuando hablamos de oro, la mayor parte pensamos en el que habrá en los sótanos del  Banco de España, en las joyerías, en los locales que se anuncian “Compro oro”, en las cajas fuertes de los bancos, en las casas de los ricos, etc. pero pocos nos ponemos a pensar, que si las minas de oro estuvieron en las entrañas de la tierra ¿por qué no podría  haberlas en las entrañas de estos montes a los que hace alusión la jota?

Por el mismo planteamiento, de siempre nos han querido hacer creer que el poderoso estaba  en posesión de la verdad. Los Reyes, los señores feudales, los que mandaban en los monasterios, los terratenientes, etc. eran los que verdaderamente sabían. Ni el súbdito, ni el lego, ni el jornalero,  ni mucho menos el esclavo, sabía pensar y poder tener ideas positivas.

Como esto se ha venido programando desde que el mundo es mundo, hasta nos han querido convencer que así ha sido siempre y así tiene que seguir sucediendo. Por ello, los cargos se han sucedido de padres a hijos, han querido inmortalizar la frase de que de “tal palo tal astilla”, cuando todos somos conocedores de otro refrán que dice “de padres aguaus, hijos borrachos”.

Si  con “La vuelta a la tortilla”, exponía unos razonamientos, con esta reflexión no quiero más que dar otra vuelta de tuerca, para comprender, lo que está sucediendo con nuestra clase política. Por haber llegado al poder, se consideran ya insustituibles y los que les apoyan no entienden que hay otras personas que están muy bien preparadas, que han visto todos los errores que se han cometido y que con los errores también se aprende.

Cuando uno quiere representar a un sector, nunca podrá hacerlo bien si no pertenece a él, porque nunca ha estado viviendo sus problemas. Si la mayoría de los españoles estamos en un determinado nivel, no pueden representarnos ciertas élites, que tienen o son los economistas del primer grupo que menciona José Luis Sampedro, hacer más rico al rico.

Como muy bien dice la jota, en la cabeza de los pobres, hay muchos talentos. Lo que es preciso que los dejen actuar. Las grandes fortunas, los títulos nobiliarios, los que viven en esas grandes mansiones, etc no nos pueden representar, ni dirigir, porque no pertenecen al sector de la mayoría y por lo tanto, ni nos conocen. Lo que buscan en nosotros es otra cosa.

                        Próximo tema:  A Juan Carlos Monedero

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