(Escrito el 18 de enero de 2015)
Hace al menos 40 años, la
Televisión tenía un Programa que entretenía a los chicos, titulado “Había
una vez… un circo…” . Sus protagonistas, Gabi, Fofó, Fofito, Miliki y
Milikito, se encargaban de que así fuese. Por otra parte, de siempre, en las
Fiestas Mayores de las ciudades y poblaciones importantes, nunca faltó como
atracción El Circo, a la que iban y siguen asistiendo tanto chicos, como
mayores. Este espectáculo, tenía y sigue teniendo como objetivo entretener,
para lo que siempre cuentan con diferentes números: fieras, payasos, trapecio,
malabaristas, funambulistas, etc.
Como cada vez hay más problemas
para la instalación de estas ferias por falta de solares céntricos, el gasto
que conlleva, etc, nuestros políticos han querido sustituirlo y por ello son
los que montan la vida política como un circo.
Está el número de las fieras. En
las campañas electorales, se critican, se atacan y muerden como si se fuesen a
comer, pero pasadas las elecciones, a las órdenes del domador, se reúnen,
comen, pactan y ya no hay que temerles nada. Como dice la jota: Nadie le
tema a la fiera/ que la fiera ya murió….
Es digno de ver, como de
aquellos rugidos, de aquellas amenazas de querer salir de la jaula, a la orden
del domador, se quedan quietos, cariñosos, y el domador hace de estas fieras lo
que desea.
Número fuerte en los Circos son
los payasos.
Estos payasos, hacen reír, además de por su vestimenta y colorido, por las sosadas que dicen, los
chistes que cuentan, etc. En política
los hay geniales. ¿No os han hecho reír, todos esos que hablan, hablan y hablan
y no entiendes ni palabra? Son geniales. A las preguntas que les hacen,
contestan con otras que se salen de tiesto. Unas veces, personas que son
íntimas amigas de siempre resultan que no se conocen. Es maravilloso.
Los malabaristas, son
geniales. En el circo te sacan palomas del sombrero, pollos de la bragueta,
etc. Los políticos, este número lo superan ampliamente. Abren la puerta del
garaje y se encuentran cochazos que no saben cómo han llegado hasta allí, les
aparece una cuenta con millones en Suiza, tienen mansiones y yates, que no
saben, ni de dónde proceden, ni cómo los pagaron…. Estos malabaristas son la
leche, te lo prometo…..
¿Qué decir de los funambulistas? En política, cualquiera de ellos, se pone a
opinar de lo que quieras, a la máxima altura y sin red y el tío tiene una
serenidad, que actúa como si fuese andando por la acera.
De los trapecistas, ¿qué quieres
que te diga? Este número es el más difícil todavía. En el circo, se cuelgan de
un pie, de una mano, de la boca, etc. Aquí, sin un euro te aseguran inversiones
que nunca pudiste soñar. Hasta dicen que cuando uno prometió que haría un puente y le dijeron que no había río
en ese pueblo, contestó. Pues traeremos el río.
Podría seguir escribiendo mucho,
pero el folio se termina. Un amigo me comenta: los políticos no hacen circo.
Hacen teatro y son buenos actores. Perdona que te diga, para mí, una gran mayoría, son
puros comediantes.
Próximo tema: Los políticos y sus bienes