(Escrito el 15 noviembre 2014)
Como quiera que nací en 1939, no
puedo ocultar que crecí y me eduqué en el franquismo, dictadura, régimen
totalitario o como se le quiera llamar. Como todos los de mi época, vimos y
oímos muchas cosas de ambas partes (rojos y azules, nacionales y republicanos,
legales y sublevados, etc). Se decía que las cosas no se podían cambiar, porque
las leyes estaban hechas así y había poca esperanza de cambio. Incluso para ese
cambio que algún día tendría que llegar, se oía que las cosas estaban atadas y
bien atadas.
Aquello pasó y con el cambio llegaron nuevos conceptos:
democracia, constitución, libertad, partidos, elecciones, igualdad, etc. Visto
lo anterior y anunciado lo que llegaba, pensamos que la cosa iba a cambiar como
de la noche al día, pero Celedonio que no se hizo ilusiones,
con el paso del tiempo, no puede por menos que manifestar que algunas cosas
quedaron tan atadas, que no hay quien deshaga el nudo y para las nuevas,
utilizaron una cuerda que se deshilacha.
Para él, la ley electoral actual,
no le satisface, pues el ciudadano no elije a sus representantes, sino que es
el Partido el que te obliga votar al que a él le interesa. Siendo una cosa
nueva, la podrían haber redactado mejor. Propósito de la enmienda, de momento
no lo hubo.
Los políticos tendrían que ser
los que redactasen las leyes de forma clara, pero cuando lo hacen, dejan tantos
cabos sueltos, que muchos aunque la incumplan, la propia ley les apoya. No
entiende por qué los delitos prescriben sin llegar a ser juzgados, no comprende
por qué los políticos no pueden dar a conocer sus gastos, no le cabe en la
cabeza que haya tantísimos aforados, etc. En definitiva no entiende muchísimas
cosas que para él se contradicen con lo que entraña la palabra democracia,
libertad, igualdad, etc. Para todo esto y después de tantos años, tampoco
vemos ningún propósito de la enmienda.
Nos hacen creer, que hay cosas
que están legisladas desde hace tanto tiempo que se han quedado anticuadas,
pero que la ley es así. No conocen que cuando el nudo no se puede deshacer, hay
un método fácil: cortarlo con una navaja. Ni para esto tienen propósito
de la enmienda.
Dentro de la corrupción, los
pelotazos, etc, no entiende como no se pone coto a la especulación con la
revalorización de los terrenos. Si un terreno como agrícola tiene un valor,
cuando se decide que se puede construir en él, su precio final es el agrícola,
más los gastos de urbanizarlo y sobre ese precio es el que se debe basar el
valor de lo construido. La democracia debe proteger a todos y no debe consentir
la especulación, ni el enriquecimiento de unos pocos. Si siempre fue así y se
sigue consintiendo, el propósito de la enmienda, ni se les
ocurre.
Si todos los que pasasteis por
el poder consideráis que lo habéis hecho bien y de las cosas que hicisteis mal,
después de avisaros, no tenéis ni tan siquiera propósito de la enmienda,
no os extrañéis que un día os den la espalda. Tiempo tuvisteis de enderezar
muchos caminos, pero a vosotros igual os daba, porque en lugar de ir por el
camino, os ibais por la carretera.
Próximo tema: Había una vez….
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