sábado, 7 de marzo de 2015

Los pecados pesan mucho



(Escrito el 11 de noviembre 2014)
No busco reflexionar sobre la moral, ni tratar del perdón de los pecados, tal como nos enseñaron en el catecismo: confesarlos y hacer propósito de la enmienda. Tampoco quiero repasar los Diez Mandamientos, ni los Pecados Capitales que en su día nos aprendimos de carretilla. El motivo de la reflexión, es tan amplio, que no sabría decir  qué pecado se está cometiendo.

Llevamos mucho tiempo hablando, escuchando, viendo y sufriendo el resultado de las actuaciones de muchos de nuestros políticos y la incapacidad o falta de respuesta de los que están por encima de los mismos. A veces generalizamos el tema y no debería ser así, pero cuando el pecado es tan grande, éste eclipsa todas las acciones buenas que puedan hacer los afectados, los compañeros o los que están por encima de ellos. Esta magnitud del pecado es lo que nos hace generalizar y no ver las cosas que pueden ser positivas. Vulgarmente diríamos que cuando uno está cabreado, no se viene a razonamientos.

Como a veces soy propicio en mis escritos a traer citas, hoy indico la siguiente: “Cuanto más grande es el caos, más próxima está la solución ( Mao Tse-tung)”. Leyendo esto fríamente, quizá podamos  tranquilizarnos, pues ¡ya falta poco! El caos es ya inaguantable.

Cuando se habla de pecado, sin pensar, lo enlazas con el arrepentimiento, pero no es así, sino que el arrepentimiento viene sustituido por la contradicción y la mentira. Si lo que defiendes hoy, lo contradices mañana, ¿qué credibilidad te pueden dar?

Siempre oímos que el confesor asesoraba, aconsejaba y estimulaba el arrepentimiento, pero hoy día si los afiliados al Partido son los que pecan, ¿qué consejos y penitencia les pone el Jefe de Filas correspondiente? Los más ignorantes, entre los que me encuentro yo, pensamos que no están reaccionando bien y por eso el caos es cada vez mayor. Los Jefes de Filas, ¿pensarán que no tienen  nada que confesarse?

Baltasar Gracián decía: Los ignorantes son los muchos, los necios son los infinitos; y así el que los tuviere a ellos de su parte, ése será señor de un mundo entero. ¿Pensarán  nuestros dirigentes que somos los ignorantes de esta cita?  Quizá seamos algo ignorantes,  pero necios: ninguno.

No es fácil gobernar, pero recurro a otra de las citas que tengo recogidas: ¡Cuántos en las Cortes tienen oficios preeminentes, a los cuales en una aldea no les hicieran alcaldes! (Fray Antonio de Guevara).

No sé cómo terminará todo esto, si nuestros dirigentes se consideran héroes o seres privilegiados. Para ellos va la última de las citas de hoy:

El que ha sufrido algún mal puede olvidarlo; jamás el que lo ha causado (H.Maret).

Que así sea y Amén.

Próximo tema: O Esperanza o el Caos



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