(Escrito el 5 de enero de 2016)
En los años 40 y 50 del pasado
siglo, en muchos pueblos de España la siega de los cereales de invierno se
hacía a mano, es decir, con la hoz. Detrás de la cuadrilla de segadores iban
otros que ataban la mies en fajos, utilizando los fencejos. El fajo ni tenía
forma redonda, ni todo lo que podía atar el fencejo, pues luego había que
cargarlo a mano y colocar 3 a cada lado del baste que llevaba la caballería
cuando los trasportaba hasta la era.
Como los obreros que
participaban en la siega eran sólo para ese trabajo, me contaban que un año, el
que ataba los fajos, para fastidiar al que los que tuviese que cargar después,
hacía los fajos muy grandes, redondos y todo lo que le fencejo permitía. Pero
mira por dónde, ese que ató los fajos, aunque no estaba previsto se quedó a
trabajar también en el tiempo de la trilla en la misma casa y le tocó
acarrearlos a él. ¡Qué putas las pasó! Como no podía cargarlos, los tenía que
partir en otros más pequeños.
Al recordar estas cosas, me trae
al pensamiento el comportamiento de algunos de nuestros políticos. Cuando han
estado en el Gobierno Municipal criticaban al Gobierno Autonómico o Regional,
sobre todo si era de otro color. Cuando el azar los llevó al puesto que tanto
criticaron en su legislatura anterior,
alguno se pregunta. ¿Y ahora qué? ¿No decías tú….?
Desde el puesto que tenían en
los Ayuntamientos, reclamaban que les tocaba un trozo grande de la tarta, pero
luego comprobaron que ¿cómo van a repartir la tarta si es tan pequeña que se
terminó nada más empezar el horario laboral? Los que segaban a mano en aquellos
años que citaba antes ya sabían que no es lo mismo predicar que dar trigo.
Nuestros políticos hablan mucho,
sobre todo en campaña electoral. Aunque alguna vez lo he insinuado o comentado,
quiero hablar de ello una vez más, aunque como se suele decir: es igual que
hablarle a la pared.
Ningún aspirante al cargo, ya
sea municipal, autonómico o nacional, ha cogido el presupuesto del último año o
el promedio de la legislatura y lo ha desglosado, en porcentaje por macro
conceptos. Si se parte de la base, que no va a incrementar los impuestos y no
es capaz de asegurar nuevos ingresos, cuando habla de incrementar o establecer
nuevas partidas de gastos o inversiones, lo lógico es que diga de dónde las va
a quitar, pues el dinero en sus manos no lo va
a hacer crecer. Como sólo hace prometer, prometer y prometer, le
pregunto y ¿de dónde va a salir? ¿A qué concepto se lo vas a quitar? ¿Te endeudarás más de lo que
estás? Quizá pienses en eso, pues cómo tú no lo piensas pagar……
No se si la comparación con la
siega, ha sido muy acertada, pues muchos posibles lectores ni la conocieron, ni
se imaginan como era eso. Celedonio
sí que la conoció. En cada fajo no se podía poner todas las gavillas que el
fencejo permitiese atar, ya que si se ponía mucha mies, el fajo pesaba mucho y
no lo podías levantar después y aunque fueses muy fuerte no lo podías acomodar
a cada lado del baste, por lo que todo tenía que ser proporcional.
Señor político, antes de hablar
y prometer, piense en la tarta que tiene y entre cuantos la tiene que repartir
y si considera que es pequeña, en su campaña electoral nos diga cómo la va a
hacer más grande, no lo haga después.
Espero que pueda servir de
reflexión, para las campañas electorales venideras. ¡Que simples segadores de los
años 40 y 50 se lo tengan que explicar……..!
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