(Escrito el 7 de febrero de 2016)
En alguna de sus reflexiones, Celedonio, ha expuesto si sería más
conveniente que los acuerdos para gobernar a nivel nacional, se hiciesen entre
Partidos que también tuviesen ese ámbito y no como hasta ahora que un Partido
mayoritario apoyado por un Regional o Autonómico conseguía la mayoría.
Esta reflexión se ha conseguido
en las últimas elecciones del 20 de diciembre y aquí estamos, esperando ver si
se aclaran y por fin hay un Gobierno estable. Nuevos tiempos nos traen formas
nuevas.
Durante las Campañas Electorales
se dicen tantas cosas, que el ciudadano de a pie se las tiene que tragar y
hasta a veces, según en el momento y en el tono que se dicen son aplaudidas. ¡Así
se habla! parece que responde la multitud que escucha al orador y tras
los aplausos, éste, se debe pensar que está en lo cierto.
Conocido el resultado, los
líderes empiezan a tragar saliva y en privado supongo que se dirán para sus
adentros ¿cuántas tontadas he dicho?, pero como las dijo tiene que
seguir defendiéndolas.
El darle el apoyo o no a un
Partido en el momento de la Investidura, supongo que dependerá de las
propuestas que haga en ese momento, pero no, la decisión está tomada ya de
antemano, diga lo que diga.
A lo largo de nuestra Democracia
hemos visto cómo en muchas ocasiones las promesas electorales ni se han
intentado cumplir, pues desde el principio ya se han dado por olvidadas. Tras
los resultados electorales habidos ¿quién te dice que el que pretende ser
investido no vaya a proponer otra cosa que la que dio a conocer durante la
campaña? Si das tu opinión sin escucharlo ¿a quién apoyas? ¿A la persona? ¿Al
Partido que representa? ¿Al Programa que no sabes cual es?
Lo que más interesa a los
ciudadanos, que es lo que más tendrían que intentar conseguir, parece que les
da de lado y todos los contactos que se tienen entre los diferentes Partidos
parece que son más temas personales, que los problemas que hay que resolver.
Partidos que han estado
afectados por la corrupción y que saben que han sufrido un bajón por esta
causa, no quieren reconocerla y por tanto castigar a los culpables. Partidos
que prometen que hay que subir el salario mínimo, lo dan por hecho si ellos
tienen poder. Pero, sino es en la Administración, ¿se podrán subir los salarios
por ley? ¿El aumento de los salarios no es cosa a negociar entre Empresarios y
trabajadores? ¿Quién tendrá más fuerza? Hay que reformar la Constitución ¿en
qué puntos? Si lo piensas detenidamente, para mejorar esta habría que hacer
otra partiendo de cero. ¿Creéis que se podría llegar a un consenso?
Celedonio piensa que las Coaliciones pueden ser mejor si se hacen
con Partidos que tengan ámbito estatal, pero la visión que debe tener cada uno
de los que participan debe ser más amplia. Estamos a 7 de febrero ¿qué
sucederá? Aunque parece que cada vez hay menos creyentes, no me resisto a
terminar con la expresión de siempre: ¡que Dios nos coja confesados!
Próximo tema: La siega y los políticos
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