(Escrito el 26 de abril 2016)
Como quiera que nunca he sido
militante de ningún Partido, no puedo conocer su funcionamiento, pero desde
fuera, se aprecian algunas actuaciones, que no creo que sean muy diferentes de
lo que pasa dentro del mismo, aunque sin duda podrán variar de un Partido a
otro.
De la observación diaria, se
desprende que el presidencialismo y el
acato a la superioridad es la que se impone y la democracia interna de la que
tanto se habla, debe de dejar mucho que desear.
Expresiones tales como: “que
no se entere el Jefe”, “el que se mueva no sale en la foto”,
etc me atrevería a decir que tienden a generalizarse y por lo tanto, su
funcionamiento, más que el de un Grupo, que se reúnen, estudian problemas y
buscan soluciones a los mismos, es un acatamiento a lo que dice el superior,
que una discusión en la que cuenten todas las opiniones.
Alguna vez he escuchado, que en
el alto mando debía de haber personas muy cualificadas, bien pagadas y que
fuesen clave en la toma de decisiones y he pensado que nunca se puede llegar a
dar. Un buen técnico en una materia, podría exponer y dar ideas para sacar
cualquier tema adelante, pero como esa solución técnica, puede no coincidir con
la política, no se puede aplicar. De ahí que ese gran cerebro no puede prestar
sus servicios en esos puestos, porque sus ideas no tienen aplicación y si
verdaderamente es un hombre sano, se va a ocupar otros puestos dónde pueda
sacar adelante sus ideas.
Hace años, ante un cambio de
Gobierno y cuando se hacían quinielas sobre posibles nombres, uno me comentó:
fulano no entrará en el Gobierno. ¿Por qué, le pregunté? Porque es el amigo,
más amigo que tiene desde la niñez el Presidente y le puede rebatir cualquier
decisión que tome. Esa persona no le interesa. Es mejor promocionar a otros que
por su nombramiento siempre le van a estar agradecidos y nunca criticarán sus
decisiones.
Con estos planteamientos, el
Jefe se convierte en el líder supremo, al que nadie le puede llevar la
contraria. Me gustaría ver las reuniones de las Ejecutivas, Comités Federales o
como los llamen. ¿Quién no está de acuerdo con el Jefe Supremo?
Este Jefe Supremo extiende sus
tentáculos por todas partes. Aunque no se quiera reconocer, es el que decide en
las listas electorales, los cargos que se hacen a dedo, etc y al estar todos
ellos agradecidos, nadie le va a cuestionar.
Con estos comportamientos ¿no
estamos ante una Dictadura del Partido? ¿Cómo es posible que no haya mandos
intermedios o próximos a la Jefatura que incidan en corregir aquellas
desviaciones que se ven tan claras?
Cuando escribo estas líneas,
estamos en unas fechas, en las que si no hay un milagro de última hora, vamos a
ser convocados nuevamente a Elecciones. Todos apostarán por sus Jefes. Ninguno
lo cambiará porque es el mejor que tienen según dicen ellos. Nadie ha sacado,
no digo los trapos sucios de algunos de ellos, sino que verdaderamente nadie se
ha atrevido a decirle, que su fecha de
caducidad le ha llegado.
Hagan juego señores...., apuesten sus
dineros en la mesa...., el juego continúa….
Próximo tema: Los que podrían ganar
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