(Escrito el 16 de
marzo de 2014)
Hace algún tiempo que estamos
oyendo, que España se tendría que acoplar al horario europeo. Por no conocer el
fundamento del cambio no lo puedo analizar en detalle, pero sí que se me
ocurren algunas reflexiones.
Desconozco este sistema de
horario desde cuando se arrastra, pero recuerdo que en los años 40, cuando era
un crío, en el pueblo se hablaba de la hora vieja y de la hora nueva u oficial.
Supongo que entonces algo pasaría. Los que hablaban de la hora vieja la
relacionaban más con la hora solar y en muchos polígonos o parajes de los
términos municipales había señales inequívocas. Cuando el sol pega en tal
piedra, era mediodía y cuando la sombra llegaba a tal punto había que
prepararse para marchar hacia casa. Era la hora de ir terminando la faena.
Desde hace algunos años,
conocemos el cambio de horario el último fin de semana de marzo y el último del
mes de octubre. Con ello dicen que se ahorra no se cuanto…. Si así lo dicen,
así será.
Lo que si hemos podido observar
es que en los países europeos, la gente madruga más para ir a su jornada
laboral, se come antes, terminan el trabajo antes, se cena antes y antes
se van a la cama. Si eso es lo que se
pretende que hagamos nosotros… difícil lo veo.
Entre otras cosas, el clima es
diferente que en otras partes de Europa y si en invierno sería más llevadero,
cuando el día es más largo resultaría difícil acostarnos como se suele
decir “cuando lo hacen las gallinas”.
Para estimular el acostarse
pronto, la Televisión, la Radio, etc tendría que terminar la programación antes
y a eso no se si se estaría dispuesto. No hace mucho que las Televisiones se
apagaban creo recordar sobre las 12 de la noche, pero se dejó de hacer.
Con el horario europeo se dice
que el trabajador le dedicaría más horas a la familia, estar con los hijos,
etc. No sé si sería así.
Yo soy de los que durante toda
mi vida laboral, he salido bien almorzado de casa y solía decir que estaba
programado hasta las dos de la tarde hora de comer. Si a lo largo de la jornada
de la mañana, surgía hacer un alto y tomar una café porque todos lo hacían,
paraba, pero no por necesidad. Frente a esto, cuando he ido al trabajo he visto
siempre los bares abiertos, los coches a veces mal aparcados, etc, porque estaban
tomando café. Muchos huyen de desayunar en casa.
Mientras que al volver de
trabajar, mi preferencia ha sido la familia, otros muchos se ven obligados al
chiquiteo, por lo que si vuelven del trabajo antes, más amplio podrá ser el
recorrido en su zona o podrán pasarse a las adyacentes.
Ignoro lo que sucederá, pero
cambiar las costumbres no es nada fácil y el que no le gusta estar en casa
buscará sus excusas para no entrar….
Que los que tengan que decidir
el cambio, tengan suerte y si el cambio va a ser para mejor ¡adelante!
Próximo tema: Cuatrocientas semanas
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