(Escrito el 25 de mayo 2018)
Si hace unos días el bombazo
informativo fue la detención de Zaplana, poco después, la sentencia del caso
Gürtel, ha sido la explosión. ¿Y qué hacemos ahora con todos estos? Es lo que
se pregunta Celedonio en su
reflexión.
Como ya viene diciendo en
reflexiones anteriores, clama al cielo de que en todos estos casos no se exija
que lo
primero que tienen que hacer es la devolución de todo lo que se llevaron
y como el dinero no lo tendrán, habría que confiscarles todos sus bienes y
después ya hablaremos. Las sentencias que se ponen estarán acordes con el
Código Penal, pero me parece que cuando se corrija éste, además de los grandes
juristas tenían que participar también gente sencilla y llana. Sin querer
menospreciarlo, como ha dicho otras veces, el hombre de la boina. Estoy seguro
que daría buenas ideas.
El Código Penal, debe servir
para que los jueces sepan entre los parámetros que se pueden mover a la hora de
dictar sentencias, pero también debe conocer el posible delincuente, lo que le
puede caer encima si le cogen y lo que más va a temer es lo opuesto de lo que
está acostumbrado hacer.
Una vez más quiere defender que
la cárcel no es la solución y sin embargo todos los delitos gordos tienen igual
pena: privación de libertad. Al que por gustarle el dinero se apropia de lo que
no es suyo, debería tener miedo a que si lo cogen, tendrá que vivir no en la
abundancia, sino en la escasez. El que está acostumbrado a vivir en grandes
mansiones, tiene que tener previsto que igual le puede tocar vivir en piso de
80 metros en casa sin ascensor y el que se cree el rey del volante y la
velocidad, debe tener presente, que si lo cazan, nunca jamás en ningún país se
podrá sacar el carnet de conducir. Lo de que la cárcel puede hacer reinsertar a
la gente, es pura utopía.
En otros tiempos, hemos leído o
visto en las películas, que había condenas a galeras y trabajos forzados. Celedonio no reivindica que vuelvan esos
tipos de sanciones, sino que lleguen a realizar trabajos que dignamente hacen
otras personas. Así en la reflexión escrita sobre Mario Conde y sus amigos el
día 26 de abril del año 2000, se preguntaba: después de devolver o expropiarle
el importe de todo lo que se probó que se llevó, ¿por qué no tener que pasar un
tiempo trabajando en los invernaderos de Almería como uno más? Que vista como
quiera, que se ponga la gomina que desee, pero que las 8 horas de trabajo en
invernadero no se las quite nadie, mientras no cumpla la pena. Pienso que eso podría ser educativo.
En lugar de meterlos en la
cárcel, el día 1 de julio de 2010, Celedonio
reflexionaba sobre ¿por qué no darle otro destino a la zona de Masca en
Canarias? Si allí vivieron unas personas, hasta que llegó el turismo, con muy pocas comodidades ¿por qué no
destinarlo para que se ganen allí la vida y sobrevivan como lo hicieron otros
durante muchos años? Eso sí, antes tendrían que haber saldado sus deudas
con la sociedad. Las cárceles, vistas las imágenes que nos muestran de algunas
de ellas, no son para temerles. Deberían tomar nota los responsables y exigir
que las Residencias de Mayores, tuvieran esas comodidades.
Hay pueblos semi abandonados,
que siempre tras liquidar su deuda, podrían llegar a ocupar hasta cumplir
su pena. Con barrera o cadena puesta, podrían salir a comprar un día por semana
y con los dispositivos que te permite estar siempre localizado, no hay problema
de que no sepan dónde están. Sin duda, los gastos correrían de su cuenta. Celedonio, no pide nada, tan solo reflexiona.
Próximo tema: A Don Mariano