lunes, 20 de agosto de 2018

Los Secretos


(Escrito el 2 de abril 2018)
Desde siempre estamos acostumbrados al tema de los secretos. Quizá uno de los primeros que escuchamos fue el “secreto de confesión”. Nos inculcaban que lo que decías al confesor nunca se podría llegar a saber, ya que él guardaba el secreto. Si todo lo considerado entonces como pecado se confesaba, ¡cuántos secretos habrán conocido los confesores!

Entre los críos, también teníamos “nuestros secretos” y en más de una ocasión lo expresabas besándote la cruz que hacías con el pulgar y el índice y al añadir “te lo juro” dabas a entender que guardabas el secreto de lo que sabías y que tú no habías dicho nada.

Más tarde, comprendimos que había “secretos profesionales” y que no podíamos tener acceso a ellos, como los secretos de los médicos. No podían decir lo que sabían de sus pacientes y se comprendía.

A medida que nos fuimos haciendo mayores, comprendimos otros secretos tales como: el secreto de guardar lo tratado en los Consejos de Ministros y por ello al jurar el cargo de Ministro lo dicen, los “secretos del sumario” de los jueces mientras no se celebra el juicio, etc.

Otras veces hemos escuchado que hay miles de secretos como el de la composición de la coca-cola o de un plato cualquiera de cocina, el secreto bancario, etc Todos tienen su secreto y nos conformamos  con no saberlo.

Sin pensar, creíamos que muchos de estos secretos, eran propios del régimen que teníamos. Nada podías preguntar, porque había muchas cosas que tú no podías saber y la respuesta de algunas de ellas es que eran “secreto de Estado” y ante eso nadie puede intentar saberlo.

Pero un buen día llegó la Democracia y con ella llegamos a pensar en los secretos que se podrían llegar a levantar. Hemos visto como poco a poco los secretos de confesión han disminuido, pues la gente se confiesa menos y cuando los años ya te van pesando, piensas: ¿Habrá tenido alguna relación el poder que ha tenido la Iglesia con los secretos que tenía guardados?

Algunos de los secretos anteriormente mencionados, siguen existiendo y muchos temas tendrán que seguir siendo secreto, pero hay otros que no puedo llegar a comprender por qué no se pueden llegar a saber. Si los Partidos Políticos, Sindicatos, Clubs, etc tienen sus socios o afiliados que vienen pagando sus cuotas regularmente ¿por qué no se puede saber cómo se financian? Si tienen unos ingresos ¿por qué no se pueden saber los gastos?  Lo más democrático que hay según se dice es el derecho a decidir. ¿Acaso no es democrático también el derecho a saber?

En los últimos tiempos estamos llegando al máximo del secretismo. Los acusados declaran que no saben nada de lo que se les pregunta. Ciertos gastos nadie aclara cómo se han pagado. Montones  de viajes, estancias fuera del país, nóminas que supongo que seguirán cobrando,  nadie sabe el dinero dónde procede, etc. etc.

Una vez escuché a una señora decir: entre Franco, la Iglesia y mi madre me amargaron la juventud. Celedonio diría: con tanta Democracia, tantos Partidos, tanta libertad, etc hemos llegado a no enterarnos de nada. Y no preguntes, pues nadie te va a responder. Si eres afilado paga la cuota y calla y si no pagas cuota, no tienes ni por qué preguntar nada.

El ordeno y mando, no pienses que un día se iba a terminar.

Próximo tema: Y ahora ¿qué hacemos con estos?





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