(Escrito el 2 de abril 2018)
De siempre he pensado y así lo
he expuesto en alguna de mis reflexiones, que el político debería sentir algo
vocacional, sin que esto quiera decir que tenga que vivir de la caridad. Que
los ciudadanos apoyen sus propuestas y que
busque su bienestar es ya algo reconfortante. Pero no. Algunos sólo
buscan en la política asegurarse el cocido y cuanto más abundante sea mejor. De
ahí que no les importe cambiar de Partido y cuando ve que en el suyo no
prospera lo que deseaba si puede se va a otro al que tanto criticó.
El no ser político por vocación,
le hace querer destacarse para que se le vea, pues quiere que la gente se
entere que está allí. En alguna reflexión he puesto el ejemplo de las
Cooperativas Agrarias. El Presidente de una Cooperativa Agraria, es un socio
más y aunque tenga su responsabilidad, lo podrás ver, con el mono puesto,
subido al tractor o tirando de azada cuando es necesario. El político para que
se le vea tiene que ir en buen coche, siempre con chófer y con hora anunciada
para que salgan a recibirlo.
Esta forma de ser político en
nuestro país, difiere de otros países según hemos podido percibir. En los
países del Norte no parece extraño ver a un político haciendo la compra en el
supermercado o haciendo cola para sacarse la entrada a un espectáculo. En
nuestra España querida, eso no estaría bien visto.
Con bastante frecuencia
escuchamos en los hemiciclos, debates en los que se piden dimisiones. El
afectado aguanta y aguanta pero de dimitir nada. Su capacidad de aguante es
asombrosa. Alguno se preguntará: con lo que se está escuchando ¿cómo no se irá?
¿Pero a dónde va a ir? Desde joven se apuntó a la política y de ella
ha estado viviendo y si le sacas de ella ¿qué va a hacer? ¿En qué empresa trabajó
antes? ¿Qué sabe hacer? En otros países dimiten con mucha más facilidad o por
causas menores. Aparte de la honradez que es mucho mayor, pienso que también
sabe ganarse la vida fuera de la política y por ello no se agarra tanto a ella.
En España, también hemos tenido
ejemplos, aunque hayan sido las excepciones, que se han comportado como la
mayor parte de los ciudadanos pensamos que tiene que ser. Baste recordar el
ejemplo dado por Gerardo Iglesias, que fue Secretario General del PCE, que
estuvo, se fue y nadie más lo nombró. Julio Anguita que renunció a derechos
adquiridos, Rubalcaba que se fue a su cátedra, etc. Por el contrario, también
hemos visto y aunque no se diga, el mal ejemplo dado por los expresidentes
González y Aznar, que además de sus prebendas tras retirarse están en las
nóminas de Grandes Empresas.
¿Tendrían que haber tenido los
políticos antes de meterse en política otros puestos de trabajo? Celedonio piensa que sí y la empresa les
debería guardar su puesto, por si después de desempeñar sus funciones políticas
decide volver. De esta manera podrían hablar muchas veces con conocimiento de
causa y el ejercer el cargo se interpretaría más como vocacional, que no como
de forma de asegurarse la vida.
Si después de ejercer su puesto
en la política, volviese a su anterior puesto de trabajo, tendría que responder
de sus actuaciones ante sus compañeros de trabajo, podrían acceder otros al
puesto que dejó y no se verían como en la actualidad, estar ordeñando la vaca
mientras pueda, pues esa es y ha sido su profesión.
Si hemos escuchado muchas veces,
que al cesar en un puesto el Partido le tendrían que dar alguna otra cosa ¿cómo
podemos pensar que va a dimitir? ¿Dónde va a ir?
Próximo tema: Los Secretos
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