(Escrito el 24 de agosto 2019)
Desde nuestra más tierna
infancia, oímos decir, que las partes verdes de las plantas en presencia de la
luz solar, llevan a cabo la función clorofílica, que consiste en que la planta
toma el CO2 de la atmósfera, fija el carbono y deja en libertad el oxígeno. Por
eso se está tan bien donde hay mucha vegetación.
Este principio debería ser el
primero a tener en cuenta, pero Celedonio
duda que sea así. En los años 50 del siglo pasado, en la escuela se celebraba
todos los años el día del Árbol. A los
árboles que se habían plantado previamente, se le asignaba a cada alumno uno de
ellos. Nos comprometíamos a cuidarlo y hasta se le ponía una etiqueta con el
nombre del alumno. Por aquellos años también recuerda la repoblación con pinos
de grandes superficies de terreno. No se pensaba entonces en la contaminación,
sino en dar empleo a la gente. Estas dos
actividades desde hace muchos años ya desaparecieron.
Muchas necesidades que tenía la
población se resolvían por el método de ir de vecinal. Los vecinos
desinteresadamente prestaban su trabajo para resolver el problema. Como ya he
indicado alguna otra semana, cuando en Zaragoza se trazó el Tercer Cinturón y
hubo que cortar algunos pinos, hubo quien puso el grito en el cielo. Alguien
contestó que aquellos pinos se habían plantado a prestación personal, forma
similar a lo de ir de vecinal. ¿Qué queda ahora de todo aquello?
En la actualidad, la importancia
de una determinada actividad y su valoración la medimos por la cantidad de
basura que se deja tras de ella. Cuánta más porquería y suciedad se deja más
importancia ha tenido la fiesta. Recordemos como quedan muchas de nuestras
calles y zonas verdes, en las fiestas, celebrando el botellón, etc.
En otras ocasiones, los grandes
estudios nos llevan a conclusiones verdaderamente sorprendentes, como el que
una gran parte de la contaminación la trae consigo el ganado vacuno y no
precisamente por sus excrementos.
Celedonio, en su reflexión se pregunta: Si las
plantas son verdaderas consumidoras de CO2 y dejar oxígeno libre ¿qué hacemos
para fomentar este principio? ¿Por qué no repoblar más superficies? ¿Se ha
estudiado el consumo de CO2 que puede llevar a cabo a lo largo de un año una
simple maceta? ¿Qué se conseguiría si en cada vivienda se tuviese un mínimo de
5 macetas? Hay principios básicos que se olvidan, como es el caso que en los
estudios de los daños que causan las crecidas de los ríos, se olvide el tan
básico de que Caudal es igual a Sección por Velocidad.
Antes de estudiar todo esto,
expondremos que no hay presupuesto para ello. No estoy de acuerdo en gran parte. Lo que no hay es
voluntad de hacerlo. ¿Por qué no recuperar
fórmulas similares al trabajo a vecinal?
¿Por qué los Grupos Ecologistas
no demandan a sus Comunidades Autónomas y Gobierno Central que les prepare
miles de plantas en sus Viveros de las especies más interesantes en cada zona y
se vuelve a implantar el día del Árbol o cómo lo queramos
llamar? Ese día se podría dedicar a
repoblar y si se hace año tras año algo se notará.
Próximo tema: Resumen de Celedonio 2019
Por fin he podido abrir este blog con el móvil sin copiar y pegar.
ResponderEliminarMuy buen reflexión.
Esperaremos tu resumen del año.
Un abrazo