sábado, 24 de abril de 2021

La Pluma, la Mano y la Cabeza

 

Mentes privilegiadas

 

Con más de 70 años, le oí recitar este escrito a un

compañero Senderista. Lo había aprendido de crío

 

No recuerdo en qué lugar,

a qué fin, ni a qué sazón,

se hallaron en un rincón,

reunidas al azar,

una pluma muy usada

por el tiempo ennegrecida,

una mano desprendida,

y una cabeza cortada.

 

Comprarlas quiso un inglés

y a verlas se aproximó

y sorprendido quedó

oyendo hablar a las tres.

En su libreta apuntando

fue sus frases una a una

libreta que el tiempo andando

a mí llegó por fortuna,

sin saber cómo ni cuándo,

dice así:

 

LA PLUMA

 

Olvidada duermo aquí,

pero aunque en el polvo estoy,

no me quita lo que soy

la gloria de lo que fui.

Yo la historia enriquecí

los misterios aclaré

las luces multipliqué

y de la nada en lo oscuro

brotaron a mi conjuro:

amor, entusiasmo y fe.

 

LA MANO

 

Mucho te enorgulleciste

mas yo tu poder no acato

pues solo de mi mandato

dócil instrumento fuiste

para obedecer naciste

y de mi marchaste en pos

¿quién debe ser más sagrada?

¿cuál vale más de las dos?:

¡la pluma por mí guiada

o yo movida por Dios!

 

LA CABEZA

 

Callad vuestro orgullo vano,

yo desharé como espuma,

que fuera sin mí la pluma

que sin mí fuera la mano

sin el soplo soberano

del genio que alienta en mí,

¿disfrutariáis ni de lejos

de la gloria los reflejos

ni la ventura que os di?.

 

EL INGLES

 

Dice la cabeza bien,

y su razones son graves,

que plumas tienen las aves,

y manos el cerdo también.

Pero cabeza, en qué ardiente

brille el ingenio del Sol

¿quién la tiene? ¿mucha gente?

los ingleses solamente

y acaso… algún español.

 

Próximo tema: Al Sereno

 

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