lunes, 16 de agosto de 2021

A la Luna Llena


(Escrito el 10 de mayo 2015)

Mucho se ha escrito de ti,

en romances y en batallas,

en citas de enamorados

en las montañas y en playas.

 

No te recuerdo yo así,

tan romántica y hermosa,

tengo otras referencias,

pues hacía otras cosas.

 

Te recuerdo allá en agosto

cuando el día va alcorzando,

por la noche en la era

cuando estaba con mi padre

después de cenar, trillando,

cuando dormía en la paja,

y la parva de aquel día

con la horca aventando.

 

Hacías sombra en los fajos,

en los trillos, las talegas,

en la pared del corral

y en la carrasca, ¡no veas!

y aunque era muy de noche

distinguías muchas cosas,

en frente, en las laderas.

 

Al mirarte se veían

muchas de las estrellas,

que en ausencia de reloj

sabías la hora que era.

 

Te recuerdo otras veces,

cuando íbamos hasta el coche

al terminar vacaciones,

con una helada tremenda

con tiempo de sabañones.

 

Aunque el camino es sabido,

sin que nadie más nos viera,

tú estabas muy pendiente,

que nada nos sorprendiera,

ni a nosotros, ni al macho,

que nuestro transporte era.

 

Próximo tema: “Golpe de efecto”

 

 

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