(Escrito el 10 marzo 2022)
Al estar
tranquilo en casa
o sentado en
el sofá,
a veces no
pienso en nada
yo diría que
es soñar,
como soy de
tierra adentro
nunca sueño
con el mar,
no es que el
mar no me agrade
es que al no haberlo
vivido
poco hay que
recordar.
Con esto que
te recreas
yo creo que
lo he vivido,
y por eso te
detienes
sobre todo si
hay río.
Piensas en
aquellos montes
que has visto
y andado,
y en aquellas
grandes sombras
que a tu
cuerpo le han dado.
Sueñas, piensas,
con el agua
que cae por
la cascada,
con el ruido
que ella hace
sin que te
moleste nada.
No oyes
conversaciones
no se escucha
ningún grito,
a lo sumo
solo oyes
que canta
algún pajarito.
Eso es paz,
en lo que piensas
y deseas no
se acabe,
¿cuánto rato
estás soñando?
eso muy pocos
lo saben.
Con lo fresco
que allí estás
se te pasa el
ratillo,
sobre todo si
en el agua
descubres al
pececillo.
Sin querer
quieres contar
los
pececillos que hay,
pero no puede
ser
unos vienen y
otros van.
Y sin pensar
más en ello
una cosa va a
pasar,
el frescor
que tiene el agua
tú lo quieres
bien probar
y para
conseguir esto
te tienes que
descalzar.
Que fresca
está al principio
que buena te
va a saber,
y aunque tú
saques el pie
pronto lo vas
a meter,
que haya cosas
mejor que estas
no es fácil
de comprender.
Y cuando
termino el sueño
creo que es
realidad,
por eso en
cuanto pueda
un paisaje
como este
prometo ir a
buscar.
Próximo tema: Mejorando la Campaña
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