domingo, 4 de octubre de 2009

A Don Miguel Gallego: Pastor de Las Alpujarras

( Escrito el 5 diciembre de 1999 )


A diario conocemos
noticias vagas y raras,
pero nunca escuché
una cosa tan absurda,
como esa referida
al pastor Las Alpujarras.

El caso lo dio la TELE
por una cosa sencilla,
como es una infusión
de una simple manzanilla,
que siempre él la tomó
junto a toda su familia.

Resulta, que el buen pastor,
que sus ovejas y cabras
saca a pastar cada día,
como había hecho siempre
se cogería unas hierbas
para hacerse manzanilla.

Pero mira que pasó,
cuando esa planta arrancó:
apareció allí el guardia
y al buen hombre denunció.

Tras la denuncia, el juicio,
y el tribunal que juzgó
esta sentencia dictó:
dos añitos a la cárcel,
50.000 duros de multa
y aquí todo se acabó.

Resulta que lo que hizo,
a lo largo de su vida,
ahora no puede hacerse
pues esa sencilla planta
es especie protegida.

Se acordó en un Consejo
y salió en Boletín
así que Vd pastor,
a la cárcel y a pagar
y no venga con excusas,
diciendo que no sabía,
lo escrito aquí se cumple,
se levanta la sesión:
y a todos los buenos días.

Suponemos que al pastor
mal cuerpo se le pondría,
no sabiendo exactamente
lo que al juez, él le diría,
pero si él, se calló,
por prudente o no saber,
tendrá que escucharme a mí
esa, su gran señoría,
al pensar y dar por hecho
que el pastor ya lo sabía.

Escuche Vd., señor juez:
aunque salga en Boletín,
¿el pastor ya lo sabía?
¿está Vd. bien seguro,
que el Boletín se leía?
¿le preguntó Vd. a él,
si acaso leer sabía?
¿se aseguró Vd. bien
si en su casa, el buen hombre
Televisión él tenía?
y si llegaba a tenerla,
estaba Vd. tan seguro
que si salía en anuncios
¿seguro que los veía?

¿Se interesó Vd. bien
por conocer y saber,
si la Junta o al que afecte,
su divulgación hacía?
¿Había cartel? ¿tablillas?
por dónde el pastor pasaba,
¿a cualquier hora del día?

Sin conocerle a Vd. juez,
a la vista de estos temas
sinceramente yo opino:
se ensañan con el chorizo,
porque no tienen valor,
de enfrentarse al tocino.

La sentencia cambiaría,
si lo juzgara yo a Vd.
y no le daría cárcel,
ni una multa, ya ve Vd.,
le diría simplemente:
Sr. Juez, éste es mi fallo,
que Vd. debe de acatar.

Desde mañana se queda
sin la toga y lo demás;
se irá a Las Alpujarras,
y a las ovejas y cabras
las tendrá que Vd. soltar.

¡Mucho ojo! dónde mea,
o dónde pueda cagar,
pues tenga presente esto:
no le voy a consentir
que pueda contaminar.

Si hace frío, no haga fuego,
si algo pasa, sin gritar,
hay animales durmiendo
que Vd. puede molestar,
y si eso no lo cumple,
por mis huevos le aseguro
que lo pienso denunciar.

Próximo tema: La crisis y los impuestos (primera parte)

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