(Escrito el 18 de junio 2012)
El tema de hoy no va de costura,
por más de que el título pueda parecerlo. Los momentos en que vivimos, hacen
que ponga este título a mis reflexiones.
Cuando se formó el llamado
Mercado Común Europeo, todos vimos en él, un referente, en el que las naciones
que no pertenecían aspiraban a ingresar. Ese espíritu de unión, de protegerse
unos a otros, de que Europa no llegase nunca a situaciones del pasado, etc era
digno de admirar. Poco a poco se fueron admitiendo nuevas solicitudes y de los 6 países fundadores hemos pasado a los 27 actualmente. Ahora la llamamos Unión
Europea.
Con el paso de los años, parte
de esos países, se unieron para adoptar la moneda única y creo que fue en enero
de 2002, cuando comenzamos con el
euro. Tardamos más o menos en acostumbrarnos a su uso, pero pronto, aunque
supuso un incremento del precio de las cosas, le veíamos ventajas. Se puede
decir que estábamos contentos.
Paralelo a todo esto, conocimos
también el funcionamiento de la Comisión, el Consejo de Ministros y el
Parlamento Europeo, para el que nos convocan periódicamente a elección de
parlamentarios.
La verdad es que al menos para
el ciudadano de a pie, tener unas cabezas pensantes tan privilegiadas, unos
estamentos con unos fines tan profundos, solamente te transmitían una sensación
de seguridad. El barco navegaba y nada había que temer. El capitán, la
embarcación y la tripulación eran expertos y ante cualquier vendaval, se
sabrían defender.
Pero un buen día, llegó la crisis
y el barco comenzó a dar los primeros bandazos. No sé si hubo sublevación o no,
pero al Capitán del barco ya no se le reconocía como tal y había contramaestres
que son los que daban las instrucciones. Los de a pie, como yo, comenzamos a
preguntarnos que si había un Parlamento, una Comisión y un Consejo, ¿por qué
solamente se escuchaban las órdenes de dos de la tripulación? Esas órdenes no
debían de estar del todo claras, ya que cuando uno se fue, el que le relevó
defendía otra postura.
Apareció alguna nación con sus
problemas y durante algún tiempo se ha venido hablando, de que si no se pliega
a las órdenes que le dan se puede salir del euro y si se va ella, podría
acarrear a otros y toda la Europa peligra. Ante esto no puedo por menos que
preguntarme: ¿con qué hilo estaba cosido todo el entramado? ¿Con hilo de hilvanar?
La verdad que yo pensaba que al menos estaría cosido con liza y cuando un
tejido está cosido con liza, es más fácil que se rompa el tejido, que se corte
la liza.
Como simple ciudadano, no
entiendo de estos temas tan complejos, pero sí que he visto cosechas
apedreadas, campos inundados y acequias desaparecidas, pero tras todo eso, el
agricultor ha vuelto a sembrar, el río ha vuelto a su cauce, las acequias se
han vuelto a construir y se han obtenido magníficas cosechas.
Si porque algún país tenga
problemas o se los han creado, tenga que venir una hecatombe, perdone que les
diga: miserablemente nos han engañado. Tendieron una ropas sobre el
suelo y a la primer volada de aire las ha revuelto y no son capaces de
volverlas a extender. Esas ropas nunca estuvieron cosidas, nunca hubo un
entramado correcto, ni ninguna ligazón. Todo estaba cogido con alfileres.
Me jode, que durante muchos años
nos han querido ofrecer un paraíso que no existía. Nos han pedido que había que
tener fe y a pie juntillas les creímos. Los de abajo pensamos que no sólo hace
falta recortes y austeridad, sino que por encima de todo está la honradez
y ejemplaridad y Vds, los que nos han gobernado, no la han
tenido.
Próximo tema: ¿Volverá la esclavitud?
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