viernes, 9 de agosto de 2013

Cosas sueltas que me cabrean (01)



(Escrito el 26 de octubre de 2012)

Con la llegada de la crisis, todos nos hacemos más observadores y mucho más críticos con todas aquellas cosas que tienen un aspecto económico. Si los recortes afectan a un gran número de personas, lógico es pensar que nos revelemos contra aquellas inversiones que no  sirven para nada o que estuvieron mal enfocadas.

Cualquier tema que saquemos, sería suficiente para dedicarle un monográfico, pero aunque lo escribiese, ¿cómo, cuándo, para qué y dónde publicarlo?. Por ello decido agruparlos y como temo que serán muchas las cosas que me gustaría exponer le doy al título, que será siendo el mismo, una numeración, para poder reconocerlo.

Sé que alguno dirá que no merece la pena cabrearse, pero yo estaré mucho más tranquilo si lo escribo y lo pongo algún día en el Blog, que si todas estas cosas  que ves, oyes  o lees no dejas constancia escrita de ellas.

Hoy comienzo con algunas de ellas.

1ª).- Cuando se hizo en Zaragoza la reforma de la Plaza del Pilar, se levantó un cubo de mármol (que debió ser carísimo), para señalizar el punto donde se había encontrado en el subsuelo unas ruinas romanas. Semejante monumento, quitó la vista de la entrada de La Seo y su fachada. Los que lo diseñaron, aprobaron y ejecutaron, considerarían que hacían una gran obra. Para mí: una chapuza. Ese importe ya habría que cargarlo a una de las causas de esta crisis, el déficit que tenemos.

2ª).- Seguimos con Zaragoza. Para la Expo de 2008, se hizo el famoso Pabellón Puente, que según oídas, su importe más o menos fue de 85 millones de euros. Pasada la Expo ¿qué utilidad tiene ese Pabellón Puente?  En este mismo punto podríamos incluir La Torre del Agua, las Tele Cabinas y otras muchas obras a las que no se les da ninguna utilidad. ¿Acaso no se criticó lo que sucedió en Sevilla? Las grandes mentes promueven grandes obras, que terminan por convertirse, al menos para mí, en “grandes cagadas”. Sin este despilfarro nuestro déficit sería menor.

3ª).- En un artículo que leí hace tiempo, hacía referencia que el cinturón que llevaba uno de nuestros primero políticos, costaba 500 euros. No entro en si lo pagó él o se lo regalaron. Para mí es una ostentación que en tiempo de crisis cabrea verlo. Si se dice que el político se distancia cada vez más del ciudadano, ahí tienes una causa. Con ese precio, supongo que sería de buena calidad y quizá se lo puso para soportar su posible crecida de barriga, pero mira por dónde todos vimos que delante de muchos mandatarios se tuvo que bajar los pantalones. El cinturón no le sirvió para nada.

4ª).- En estos últimos días, leo la noticia de que los señores Diputados de Madrid comen en el restaurante del Congreso, por el módico precio de 3,55 Euros (dos platos, postre y café). Creo que se refieren también a esa Ciudad, que debido a los recortes de las ayudas a los comedores escolares, los alumnos que se llevan la comida en la fiambrera, tienen que pagar 3,80 euros por el uso del microondas y el uso del comedor. Si eso es así ¿creen que es improcedente que la gente se concentre alrededor del Congreso para protestar por los recortes? Siempre se concibió que las dietas eran para cubrir los gastos de manutención y alojamiento cuando sales fuera de la población donde está tu puesto de trabajo habitual, pero a esos precios la dieta, casi, casi, se le queda intacta. ¿Y quieren que los votantes y los que no votamos nos parezca esto bien? Sin comentarios….

Próximo tema: Ampliación



No hay comentarios:

Publicar un comentario