(Escrito el 11 de agosto 2014)
Muchos hemos oído alguna vez,
como chiste o comentario, lo sucedido en una familia muy humilde, que vivía en
una chabola. Los padres dormían en un rincón y los tres hijos estaban sentados
alrededor del fuego, que estaba ya apagándose.
Uno de los hijos comentó. Si
ahora mismo cayese por el agujero de la chimenea un cochinillo, lo mataríamos y
nos lo comeríamos asado. Otro le contestó: nada de asarlo, lo haríamos todo
chorizos y así con pan nos haríamos buenos bocadillos. Finalmente, el más
pequeño levantando más la voz expuso: lo haría la mamá guisado y así podríamos
mojar pan en el caldo. Los hermanos le abuchearon. Entonces el padre que estaba
medio dormido exclamó: ¡dejar al chico que unte!
Como pronto comenzarán las
campañas electorales, a Celedonio le viene al pensamiento al
recordar esto, que todos los Partidos nos expondrán cómo se debe repartir la tarta. De momento, acusaciones de
unos a otros no faltarán. Todos nos expondrán sus grandes ideas. Ninguno dirá
que hay que subir impuestos, ya que eso no da votos y todos hablarán en
invertir en aquello que a los ciudadanos más le guste escuchar, según la zona,
ciudad, o pueblo que se haga el mitin.
Todos hablarán a favor de la
Sanidad, la Educación, las Pensiones, etc. pero cada uno según dónde esté
prometerá: arreglo de carreteras, nuevos tranvías, mejora de líneas de tren,
nuevos puentes, trasvases, depuradoras, etc. Todo lo que el ciudadano normal,
aunque lo sienta, no se imagina que se pueda realizar. Para los políticos todo
es posible.
Apuesto, que ninguno coge el
Presupuesto que actualmente tiene el Estado, la Comunidad o el Municipio y lo
desglosa indicando en porcentajes su distribución. Si fuesen sensatos, tendrían
que aclarar, de qué partida van a quitar lo que necesitan para las propuestas
nuevas que van a hacer, pues si los impuestos no los van a subir y el
endeudamiento no se puede superar, ¿de dónde va a salir? Para mí, su sueño es como el de los chicos de
la chabola, que se pelean por cómo aprovechar el cochinillo que tiene que caer
por la chimenea, pero que nunca caerá.
Todos están deseosos y tienen
grandes ideas para repartir la tarta del presupuesto, ¿pero se han puesto a
pensar?. ¿Quién tiene qué hacer la tarta?. ¿Cómo se hace la tarta? ¿Qué
ingredientes tiene? ¿Qué cosas tenemos
en casa? ¿Qué cosas tendremos que comprar? ¿Tenemos dinero para ello? ¿Nos lo
prestarán? ¿Lo podremos devolver?
No sé si ha sido acertado poner
el ejemplo de la familia humilde y las reacciones de sus miembros, pero creo
que la Democracia ya tiene edad suficiente para hacer planteamientos sensatos.
Como he dicho en alguna ocasión, sorprende ver como la gente tiene cada vez
menos apego a la religión y son cada vez más los que creen en el maná
del que nos habla la Biblia. Por si muchos lo desconocen, a lo mejor podría ser
beneficioso, que como introducción a los mitines, alguno lo recordase.
Todos tienen la solución a todos
los problemas. Al que no le voten dirá que no ha sabido transmitir sus ideas y
que la gente no le ha entendido. Para mí los principios básicos de la campaña
son sencillos. Expliquen lo que era el maná y digan si creen en él o no y antes
de repartir la tarta, nos digan lo grande que es. Si no es así, como
los tres chicos de la chabola, tendremos que mirar a la chimenea, a soñar con
el cochinillo.
Próximo tema: Al Papa Francisco
No hay comentarios:
Publicar un comentario