sábado, 17 de enero de 2015

El reparto de la tarta



(Escrito el 11 de agosto 2014)
Muchos hemos oído alguna vez, como chiste o comentario, lo sucedido en una familia muy humilde, que vivía en una chabola. Los padres dormían en un rincón y los tres hijos estaban sentados alrededor del fuego, que estaba ya apagándose.

Uno de los hijos comentó. Si ahora mismo cayese por el agujero de la chimenea un cochinillo, lo mataríamos y nos lo comeríamos asado. Otro le contestó: nada de asarlo, lo haríamos todo chorizos y así con pan nos haríamos buenos bocadillos. Finalmente, el más pequeño levantando más la voz expuso: lo haría la mamá guisado y así podríamos mojar pan en el caldo. Los hermanos le abuchearon. Entonces el padre que estaba medio dormido exclamó: ¡dejar al chico que unte!

Como pronto comenzarán las campañas electorales, a Celedonio le viene al pensamiento al recordar esto, que todos los Partidos nos expondrán cómo se debe  repartir la tarta. De momento, acusaciones de unos a otros no faltarán. Todos nos expondrán sus grandes ideas. Ninguno dirá que hay que subir impuestos, ya que eso no da votos y todos hablarán en invertir en aquello que a los ciudadanos más le guste escuchar, según la zona, ciudad, o pueblo que se haga el mitin.

Todos hablarán a favor de la Sanidad, la Educación, las Pensiones, etc. pero cada uno según dónde esté prometerá: arreglo de carreteras, nuevos tranvías, mejora de líneas de tren, nuevos puentes, trasvases, depuradoras, etc. Todo lo que el ciudadano normal, aunque lo sienta, no se imagina que se pueda realizar. Para los políticos todo es posible.

Apuesto, que ninguno coge el Presupuesto que actualmente tiene el Estado, la Comunidad o el Municipio y lo desglosa indicando en porcentajes su distribución. Si fuesen sensatos, tendrían que aclarar, de qué partida van a quitar lo que necesitan para las propuestas nuevas que van a hacer, pues si los impuestos no los van a subir y el endeudamiento no se puede superar, ¿de dónde va a salir?  Para mí, su sueño es como el de los chicos de la chabola, que se pelean por cómo aprovechar el cochinillo que tiene que caer por la chimenea, pero que nunca caerá.

Todos están deseosos y tienen grandes ideas para repartir la tarta del presupuesto, ¿pero se han puesto a pensar?. ¿Quién tiene qué hacer la tarta?. ¿Cómo se hace la tarta? ¿Qué ingredientes  tiene? ¿Qué cosas tenemos en casa? ¿Qué cosas tendremos que comprar? ¿Tenemos dinero para ello? ¿Nos lo prestarán? ¿Lo podremos devolver?

No sé si ha sido acertado poner el ejemplo de la familia humilde y las reacciones de sus miembros, pero creo que la Democracia ya tiene edad suficiente para hacer planteamientos sensatos. Como he dicho en alguna ocasión, sorprende ver como la gente tiene cada vez menos apego a la religión y son cada vez más los que creen en el maná del que nos habla la Biblia. Por si muchos lo desconocen, a lo mejor podría ser beneficioso, que como introducción a los mitines, alguno lo recordase.

Todos tienen la solución a todos los problemas. Al que no le voten dirá que no ha sabido transmitir sus ideas y que la gente no le ha entendido. Para mí los principios básicos de la campaña son sencillos. Expliquen lo que era el maná y digan si creen en él o no y antes de repartir la tarta, nos digan lo grande que es. Si no es así, como los tres chicos de la chabola, tendremos que mirar a la chimenea, a soñar con el cochinillo.

Próximo tema: Al Papa Francisco

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