(Escrito el 14 de septiembre 2016)
En todos los espectáculos
públicos que los asistentes pueden estar sentados, los asientos tienen alguna regulación. Cuando
hay que pagar, los precios también suelen estar acordes con ellos.
En los teatros, las primeras
filas de butaca siempre se han cotizado más y el que quería ver a los artistas
de cerca lo tenía que pagar. El que andaba flojo de pasta, se iba a gallinero.
En los toros, además del sol y la sombra, barrera siempre fue mucho más cara
que andanada. En el fútbol, la proximidad a la portería también tiene
preferencia. Etc.
Cuando ya no influye estar cerca del conferenciante u actores, lo más
valorado es dónde hay una buena audición y esto con la técnica se ha podido
conseguir.
Esto que parece tan normal,
cuando nunca había habido tirantez entre los asistentes, ahora no están fácil
consensuar dónde se sienta cada uno. Me estoy refiriendo a la distribución de
los asientos en el Congreso de los Diputados y
en el Senado.
Salvo la primera fila que se
reserva para los miembros del Gobierno, ya no se valora estar en la fila 2, 3 ó 7, sino que cada Grupo
Parlamentario quiere estar junto. Hasta hace poco parece que derecha e
izquierda se venía aceptando, pero en las últimas composiciones parece que a
los señores diputados no es tan fácil conformarlos en su distribución.
Si las Cámaras son la
representación del pueblo y se consideran democráticas, Celedonio propondría, que las butacas se numeraran correlativamente
en sentido horizontal o vertical, pero que cada butaca tuviese un número.
Numeradas las butacas el orden de ocupación de las mismas se haría por orden
alfabético de los Diputados o Senadores, con lo que se conseguiría:
a).- Estar resuelto el
problema de su distribución para siempre.
b).- Integrarse más todos
los Diputados en la Cámara. Ahora siempre están juntos los del mismo partido.
c).- Se evitaría cuando
uno habla muchas sonrisas y cachondeos
d).- Los que aplauden y abuchean podrían estar
sentados juntos
e).- Llegar a conocerse
mejor y contagiarse algo del uno al otro. Quizá fuese favorable para poder
pactar en su momento y ponerse de acuerdo.
f).- Pasaría más desapercibido si uno no levanta a
aplaudir o protestar.
h).- Se exigiría que la
megafonía funcionase mejor, si ahora hay problemas
i).- No se notaría tanto
cuando algún Grupo se ausenta de la Cámara
Etc.
Y aunque no venga a cuento,
también Celedonio haría otra
reflexión: Si hay disciplina de voto ¿Por qué tienen que estar todos a la hora
de la votación? Que cada representante de Grupo Parlamentario aporte los votos
y los demás se podrían estar en casa. Se ahorrarían desplazamientos y dietas.
Si se llega a hacer una reforma
de la Constitución no estaría por demás contemplar que cuando la abstención
llegue a un límite, el nº de escaños se reduzca también.
Próximo tema: Solución
…..dentro de 20 años
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