martes, 21 de febrero de 2017

Como el perro del hortelano....



(Escrito el 15 de octubre 2016)
Por más de seguir el tema político revuelto, Celedonio, desde mediados de agosto no reflexiona sobre él. En estas fechas, todavía le queda por publicar temas escritos entonces. Sus reflexiones ya las hizo.

Hace algún tiempo, recuerda que una mañana escuchaba la radio mientras conducía y el locutor  daba la oportunidad a que los oyentes pudiesen expresar sus opiniones en esa emisora. Los temas escuchados fueron de los más variados y variopintos. Uno  expuso: vista la honradez política que hay en algunos países del norte de Europa, nuestro problema se resolvería, trayendo de esos países 8 ó 10 ciudadanos, ponerlos al frente de nuestro país y darles carta abierta. ¡Podría ser una solución! ¿Y por qué no?

A estas alturas, seguimos con los mismos problemas pero siendo cada vez mayores. Nadie quiere que haya nuevas elecciones, no hay que apoyar a gobernar al PP y nadie da un paso al frente por si hay posibilidad de que haya otro candidato. Ante esta situación la reflexión de Celedonio de hoy la titula “Como el perro del hortelano”. Ni come, ni deja comer.

Y no es que la cosa siga sin tener visos de solución, sino que para dar más estabilidad, aparecen declaraciones que en lugar de ir encaminadas a dar soluciones, se dirigen a encabronar más la situación. Tanto en los Ayuntamientos como en la Comunidades Autonómicas tras las elecciones correspondientes, se llegaron a formar Gobiernos más o menos estables, que funcionan como pueden e intentan sacar adelante cada uno sus problemas. Para ayudar a resolver la inestabilidad existente, en lugar de arrimar el hombro para buscar soluciones, seguimos como los críos: si tú haces esto….yo no te ajunto enSi una vez acordamos…. como hagas lo otro…. no te lo consentiré….

Pero ¿qué tendrá que ver una cosa con otra? Cuando se formalizaron esos acuerdos se dio a entender que aunque difíciles y algunas veces inexplicables, eran sensatos y mientras no variasen las composiciones de las fuerzas políticas esa era la mejor solución posible y por eso se aprobaron. Los ciudadanos quieras que no, unos las aceptaron y otros se las tragaron. A lo hecho, pecho.

Ponerse de acuerdo no es fácil, pero si ni se intenta, imposible. El ciudadano que exponía en la radio, que la solución era traer 8 ó 10 personas de fuera, quizá fuera por buen camino, pero visto lo visto serían muy pocos….

No sé lo qué dirán de nosotros por esos mundos de Dios, pero creo que en los  programas de opinión que hagan en sus distintos medios de comunicación no quedaremos muy bien parados.

En una de las reflexiones ya publicadas, Celedonio, comentaba cómo un locutor de la TV le preguntaba a un aspirante a la Moncloa: cíteme un país en el mundo, que esté gobernado por el programa que Vd. propone. No hubo respuesta. Aunque en los ejercicios escritos siempre fue mal visto y castigado copiar, en política pienso que no sería malo imitar. Quizá lo más importante sea conocer con nuestras posibilidades dónde queremos llegar, para estudiar la forma de conseguirlo.

Próximo tema: Cuando los años ya pesan (01)

No hay comentarios:

Publicar un comentario