(Escrito el 17 de noviembre 2016)
Cuando tienes los 80 años a un tiro de piedra, son muchas las
cosas que has visto, oído o te vienen al pensamiento y sobre ellas hay materia
para reflexionar. Esto le está sucediendo a Celedonio.
En el título de la reflexión de hoy le
pone (01),
por si con este mismo título hace otras
más adelante.
Sin duda alguna, los años que le
ha tocado vivir quizá hayan sido los de mayor cambio en todos los aspectos.
Mirando desde el principio hasta el final es fácil notarlos. Reflexionemos lo
que supuso la mecanización en el campo, las vías de comunicación entre
localidades y ciudades, los medios de comunicación (prensa, radio, televisión,
móviles, coches, etc). Todo esto, a medida que se iba conociendo y alcanzando
su uso, parecía que tenía que conducirnos a una etapa de bienestar, cada vez
mayor.
Para afirmar que ahora estamos
mejor que antes, se podrían utilizar muchas reglas de medir y todas ellas nos
darían un resultado positivo, pero si te pones a reflexionar hay que ser
realistas.
La mayor parte de mi generación
mejoramos, tomando como base el punto de partida y al encontrarnos ahora puedes
dar un repaso del antes y el después. Nos situamos, tuvimos un puesto de
trabajo y hemos llegado a nuestros días. ¿Qué nos encontramos ahora? Que a
muchos de nuestros hijos se les ha complicado la vida y esta situación no
parece nada halagüeña para la generación siguiente (nietos). Esa confianza que
se tenía, de que cada día que pasaba iba a ir siempre a mejor quedó truncada.
¿Nos hicimos ilusiones? ¿Era todo un sueño? Quizá, pues la realidad ha sido
otra. Cuando siempre los hijos vivieron mejor que los padres, nos encontramos
ante muchas situaciones, que el sostenimiento de una familia joven, se apuntala
con la ayuda de los padres y la pensión de los abuelos.
A nuestros padres siempre se les
tuvo respeto y consideración. Escuchando al Juez de Granada del Tribunal de
Menores, resulta que cada año es mayor el número de padres que son maltratados
por sus hijos. ¿Es propio del progreso estas actuaciones? ¿Han visto esos
chicos en la sociedad cosas que a nosotros no nos enseñaron o apreciamos?
En mi época había una reválida
en 4º de Bachiller, otra en sexto y un Curso Preuniversitario para acceder a la
Universidad. Lo pasamos y aquí estamos. Hoy no se puede consentir que haya
reválidas. A los profesores se les tutea, a la mínima se les denuncia, los
alumnos padecen el acoso escolar y los psiquíatras tienen faena. ¿Esto es
mejorar? En este aspecto pienso que cada
día se está peor.
Como viví 35 años en la
Dictadura, todo lo malo que pasaba o podía pasar, se le culpaba al sistema.
Llegó la Democracia, elegimos a nuestros representantes, algunos de ellos nos
saquearon y aquí no ha pasado nada. Hay quien defiende y encabeza
manifestaciones a favor de la enseñanza pública, pero a sus hijos los manda a
la privada. Hay libertad de enseñanza sería su respuesta.
Por culpa de la edad,
reflexiones se podrían hacer muchas. Seguro que habrá más. Mientras tanto,
pensemos en el mundo y situación en que
estamos y a dónde queremos ir. Cuando decimos que ahora se vive mucho mejor,
reflexionemos lo que está pasando.
Próximo tema: La cama de 1,80
No hay comentarios:
Publicar un comentario