(Escrito el 14 de septiembre 2017)
Hoy pongo como título de la
reflexión una frase muy conocida que se cita en La Biblia. Los manifestantes
que se presentaban con una acusada, pronto la dejaron en libertad tras oír
estas palabras. No sabemos si es por comprender los pecados que cada uno de
ellos tenía o por la personalidad que tenía el que les hablaba.
En España, tras la Dictadura la
gente estaba hambrienta de Democracia y los llamados Padres de la Constitución
redactaron unas normas, que luego fueron aprobadas por la mayoría de los
españoles. Eran las reglas del juego. Para interpretar su contenido se formaron
los distintos órganos de control y de juzgar al que se saliese de ella. Algunos
la bautizaron como Carta Magna.
A lo largo de su existencia, ha
habido momentos en que se ha tenido que interpretar algunos de sus artículos y
los que lo quebrantaron asumieron sus consecuencias. Sin embargo llevamos un
tiempo como que parece ser que todo eso es papel mojado y la gente la vulnera y no se toma decisión alguna.
¿Será que los que tienen que
exigir que se cumpla están también en pecado y no tienen fuerza moral para
solicitarlo? Cuando uno da lecciones de ética, tiene que estar inmaculado, ya
que si no te puedes escuchar: “consejos vendo y para mí no tengo”.
Los que mandan, para ser
respetados tienen que ser trigo limpio, ya que de no ser así,
siempre te pueden poner la cara colorada y los que se pasan de la raya tienen
que estar seguros, que sus acciones van por buen camino y el destino final
tiene todo tipo de contestaciones.
Si no estás de acuerdo con las
nomas que existen y te las saltas a la torera, ¿cómo quieres que te respeten
las que pongas tú después? Si no has respetado leyes como las del Constitucional
y la Judicial ¿me quieres decir quién eres tú para que tenga que pagar el IBI
con el precio que tú le pongas? Si hay tanta gente en paro, el salario mínimo
es bajo, ¿por qué tengo que consentir que cobres tú 12 o 13 veces el salario
mínimo? No majo, yo por ahí no paso. En el derecho a decidir también entra, que
entre todos decidamos cual va a ser tu sueldo mensual y tu jubilación. Esos
ingresos no los tienes que fijar tú.
Como Región más rica que eres,
tienes que pagar más y a eso se le llama solidaridad. Que los dineros que tú
aportas tengan mejor o peor destino eso es otra cosa, pero recuerda, que
durante muchos años colaboraste con el Gobierno Central y consentiste todo lo
que él hizo.
¡España nos sangra! Es
una frase que con facilidad se oye. Los corruptos que has tenido ¿has ido por
ellos? La corrupción hay que arrancarla de raíz, pero hay que empezar por la de
casa que es la que más debes conocer. La sangría la tenías cerca.
Tras estos planteamientos que
hacéis, ¡no me diréis que luego el Barcelona,
juegue la liga y la Copa con el resto de los equipos españoles! Si sois
Republicanos y despreciáis al Rey, vergüenza os debía dar jugar la Copa del Rey
y guardar la copa en una vitrina.
Próximo tema: Cosas que me
cabrean (08)
No hay comentarios:
Publicar un comentario