(Escrito
el 16 abril 2022)
Esta mañana,
el Grupo de Senderistas de los sábados, hemos quedado en Las Murallas para
iniciar nuestra andada a las 9 horas. Ayer fue Viernes Santo. Mientras nos
reuníamos esperando fuese la hora, para mí, he visto lo inesperado. Como si
fuese una hormigonera, un transporte de muebles o sacos de patatas, ha pasado
por delante de nosotros un camión que transportaba la imagen de la Virgen y de
Jesús Nazareno, tal como se pudieron ver estos días en las procesiones. Debían
de proceder de la Iglesia de San Cayetano.
Al verlos he
sentido un estremecimiento en todo mi cuerpo que me ha dejado paralizado.
Alguien ha comentado: ¿dónde los llevarán? A algún almacén ha contestado otro
hasta el año que viene. ¿Será posible lo que veo y lo que escucho?
Si lo miras
con frialdad, las dos imágenes no son más que unos armazones de tablas y otros
materiales, que con sus túnicas, sus caras y sus adornos nos dan esta
representación. Su composición no es otra, pero ¿eso es lo que representaban en
las procesiones de estos días, cuando miles de personas se agrupaban a verlos
pasar? ¿Eso es cuando los ves en las iglesias y la gente entra a rezarles y les
pide sus deseos?
Durante las
procesiones miles de personas han hecho su seguimiento con túnicas y vestimenta
apropiada para la ocasión y también miles de tambores han sonado, incitando al
silencio, recogimiento y devoción. Al paso de las imágenes la gente contenía su
aliento, observaba a la imagen y quizá hasta le dijese algo en su interior. Por
lo menos su admiración.
Pensemos que
el destino que llevaba el camión era otra iglesia. Con la cantidad de cofradías
que hay, y los miles de cofrades, para devolverlos a su iglesia de dónde
procedían ¿no podía haber habido un grupo de cofrades, que precedido por un
coche de la policía los devolviese por el camino más corto? Si es que los
llevaban a un almacén, mejor no pensar en ello.
Siempre pensé
que la Semana Santa significaba algo de recogimiento, pensar en cosas distintas
a las que estás acostumbrado todos los
días, etc. pero al ver este comportamiento te das cuenta que lo que se celebra
es una función de teatro, donde cada vez hay más asistentes que quieren
participar como actores y el silencio de los que están en las aceras, es
interpretado como numerosos aplausos.
Aunque algo
mencionamos los senderistas a lo largo de nuestra andada mañanera, no puedo por
menos que dejar plasmado mis sentimientos. Quizá algún posible lector ni lo
comprenda, pero a mí ver las procesiones y esta mañana el camión me ha dejado
como suele decirse “de piedra”
Próximo tema: Al Nuevo Ayuntamiento
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