lunes, 4 de mayo de 2009

¿Quién me lo puede explicar?

El pasado 15 de noviembre y relacionado con la crisis, escribía lo siguiente:


Sabíamos todos que un día,
algo nos iba a pasar,
pues hay un simple principio:
que todo que sube mucho
luego tiene que bajar,
aunque muy pocos aciertan
ese punto de inflexión
el momento de llegar;
en tertulias con amigos,
o en el seno familiar,
decíamos sinceramente
¡esto tiene que explotar!

Del problema que teníamos
del por qué, esto sucedía,
yo creo que había pocos
que en el fondo lo sabían,
hasta que llegó un maño
y nos puso bien al día,
como sabéis me refiero
a Leopoldo Abadía.

He leído alguna cosa
de lo que éste escribía,
unas las veo muy claras
otras tampoco entendía,
pero nos ha dado un baño
para poder enterarnos
de lo que por esos mundos
con los dineros hacían.

Tenemos que resignarnos
de todo lo que han hecho,
por ese simple refrán
de que, “a lo hecho, pecho”,
pero no puedo entender
si lo que intentan hacer
está mal o estará bien.

A veces pienso una cosa
tan sencilla como ésta:
¿no creéis que están pensando
como el que quiere guardar
el agua dentro una cesta?
Un gitano nos diría
con mimbres te hago un cesto,
pero debemos saber
si tenemos presupuesto.

Hasta hace muy pocos días
todo estaba en expansión,
ahora sólo se habla
de una total recesión.

Pero el caso es que antes,
las pensiones eran bajas,
nos faltaba guarderías,
están mal las carreteras
porque dineros no había,
y ahora con recesión
los dineros los tenemos
no en sacos, a montón.

No hay que temerle a nada,
pues todo está controlado,
si las empresas se cierran
pagaremos al parado;
y si no, mejor aún,
mucho mejor aun lo haremos,
inyectaremos dinero,
la empresa, reflotaremos.

Si un Banco se va a pique
nada debemos temer,
tú, cliente muy seguro,
pues nada va a suceder,
el dinero que allí tengas
nunca lo podrás perder,
antes se garantizaba veinte
ahora garantizamos cien.

Cómo, ¿qué tú los coches,
ya no los puedes vender?
te mejoro el RENOVE
y pronto lo vas a ver,
los viejos para el desguace
y los nuevos a correr.

No temas a la hipoteca,
que nosotros te ayudamos,
si no puedes, no la pagues,
que al banco se la abonamos;
y Vd. señor constructor,
a proyectar y a correr,
esto ha sido sólo un alto,
pero dentro de unos meses
a enriquecerse otra vez

La verdad que no lo entiendo,
mi temor, siempre tendré,
si al llegar a fin de mes
la pensión yo cobraré.

15 noviembre 2008

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