sábado, 7 de diciembre de 2013

¡Venga, esa mano!



(Escrito el 19 agosto de 2013)

Cuando éramos críos y nos concentrábamos en nuestros juegos, el que creía tener razón era frecuente decir en alguna discusión: ¡te lo prometo! Si era preciso dejar más constancia que lo que decías era verdad, haciendo una cruz con el dedo índice y la yema del dedo pulgar, besándote la uña exclamabas: ¡ te lo juro por Dios!

Mientras los críos pretendíamos dejar claro con aquellas expresiones que era verdad lo que defendías, los mayores, en sus transacciones, acuerdos, etc la única expresión que se utilizaba para cerrar el acuerdo era: ¡venga, esa mano! Con aquél apretón de manos se dejaba zanjado el trato o el acuerdo. Dar la mano tenía tanta validez o más que hoy día se consigue con la escritura ante un notario.

Con el apretón de manos se cerraban los tratos en las ferias cuando se compraba y se vendía un animal. Se empleaba igualmente cuando se hacía un contrato de arrendamiento, cuando se compraba un trozo de monte para hacer carbón, cuando se ajustaba a un trabajador fijo por un año (pastores o criados), etc. Lo dicho  y el apretón de manos significaba dejar zanjado lo acordado y lo acordado se cumplía.

Alguien quizá ponga en duda estas actuaciones ancestrales y que así no se podía regir una sociedad y por eso se tenga más fe en las legislaciones modernas.

 Pero veamos algunos ejemplos:

a).-  Cuando llegan las elecciones, el que se ha hecho acreedor de la ideología del Partido, a lo mejor lo incluyen en la lista electoral  que hay que votar y si va en buen puesto puede ser elegido. ¡Oh sorpresa! Ese defensor de las ideas del partido, al cabo de un tiempo se hace tránsfuga y se pasa al Grupo Mixto y con esa acción da un vuelco total al resultado electoral en esa localidad, Parlamento, etc. De todo hemos visto. Ni el Partido, ni los votantes pueden hacer nada. ¿Es correcto esto? Encima, la ceremonia inicial fue la del juramento.

b).- La Constitución dice que somos todos iguales ante la Ley, pero el mismo que dice que los que compraron Preferentes, tengan la edad que tengan, sabían lo que firmaban, manifiesta y defiende que las mujeres de muchos que están encausados por  corruptos, no sabían lo que firmaban.

c).- Antes, el apretón de manos equivalía a una escritura, hoy aparecen fincas escrituradas a nombre de una persona, sin saber de dónde procede la compraventa. Antes era fácil demostrar: tú nunca me diste la mano, hubiese sido la contestación.

d).- Cuando un juez impartía sentencia antes se consideraba que hacía justicia. Hoy como diversos estamentos son elegidos por el Parlamento ¿quién puede pensar en la neutralidad? ¿Acaso no te debes al que te ha puesto?

Así podría seguir exponiendo casos y situaciones en el que tras muchos años de progreso, de mayor formación, de mayor nivel de vida, etc , los que ya tenemos muchos años pensamos que antes eso no pasaba. La palabra y  el darse la mano tenía otro valor.

Con muchas más necesidades, más hambre y más miseria, las puertas de las casas de los pueblos estaban siempre abiertas.  Podías entrar al patio, la cuadra, la cocina, etc en busca de alguno que la habitaba y nunca faltaba nada. Hoy están cerradas con llave, cerrojo y alarma. ¡Eso dicen que es progreso!

Próximo tema: Para mí….una gilipollez




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