(Escrito
en 2009)
Desde siempre hemos conocido
unos principios básicos, que pocas veces han dejado de cumplirse. Entre ellos
podemos citar:
a).- El frío y la nieve son propios del invierno
b).- El calor más fuerte suele darse en verano
c).- Cuando hay tormenta es más fácil que llueva
d).- El viento es el aire puesto en movimiento
Yo siempre pensé que esto
era conocido y aceptado por todo el mundo. Las estaciones se sucedían, la
climatología era variable y que la borrasca se acerque o se aleje es por la
influencia de no se qué. Los paraguas se vendían para protegerse de la lluvia,
los abrigos y bufandas para combatir el frío y decíamos que cuando el río suena
agua lleva. Hasta había quien asegura que cuando truena se acordaba de Santa
Bárbara, pero me están intentado convencer de que eso ya no es así.
Los medios de comunicación
nos dan a conocer las previsiones meteorológicas, previsiones que supongo se
obtienen de distintas observaciones, con instrumentos más o menos sofisticados,
pero que en definitiva es eso: previsión.
Algunos ciudadanos, cuando
salen de viaje, parece que se lo toman como si fuesen al cine o a tomarse una
caña al bar de la esquina.
Me ha sorprendido, cuando en
circunstancias adversas la culpa se la echan al Gobierno por no haber avisado o
solucionarle el problema. Por una vez y sea el Gobierno del color que sea me
atrevo a decir: “la culpa no es del Gobierno”.
No es culpa del Gobierno que
en invierno y con nieve, te hayas encontrado en un atasco y no te dejen pasar
por no llevar cadenas en el coche. La culpa la tiene el conductor.
No es culpa del gobierno,
que tras estar esquiando, el coche no lo puedas arrancar y no esté la Guardia
Civil para empujarte.
No es culpa del Gobierno,
por no haberte informado que en tiempos con riesgo de heladas, el coche si
duerme a la intemperie, no lo debes dejar con el freno de mano puesto.
Mucho menos es culpa del
Gobierno, que se haga la hora de comer y no has llegado dónde tenías previsto.
En viaje largo tenías que haberte cogido un bocata.
Tampoco es culpa del
Gobierno que por imprudente te pongas a caminar por zonas de riesgo de aludes y
te tengan que ir a buscar, en el mejor de los casos.
No es tampoco culpable el
Gobierno de que te vayas por la montaña sólo, te salgas de la senda, te pierdas
y compliques la vida a los familiares, amigos, equipos de rescate, etc.
Podría seguir con más
ejemplos. Me ha entrado ganas de escribir esto, porque tras unas condiciones
climatológicas adversas, he podido escuchar y criticar muchas de estas cosas o
similares.
Hace muchos años que no voy a votar, por lo que no
tengo ningún interés en sacarle los colores, ni la cara, a ningún Partido. Si
hace frío, calor o vendaval y tú no vas preparado, la culpa no es del Gobierno.
Próximo tema: Venga, esa mano
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