(Escrito el 18 de septiembre de 2013)
Hoy, 18 del nueve,
hemos tenido visita,
han venido unos Reyes,
luego les daré la pista.
Eran los Reyes de Holanda,
por lo jóvenes, noticia,
en Barajas esperaban,
D. Felipe y la Letizia.
Como siempre en estos casos
el protocolo es normal,
besos, abrazos, flexiones,
como en cualquier otro lau.
Aunque no quieras seguirlo
todo esto he oído:
que comieron con los Reyes
y que el jefe del Gobierno
también los ha recibido.
Pero lo más impactante
que de ellos he oído,
es que ayer, allá en su tierra,
les dijo en el Parlamento
que estado del bienestar
lo diesen ya por perdido.
Como puede comprenderse
no se puede sostener,
que el pueblo dos o tres veces
todos pretendan comer.
Hay que volver a lo de antes
lo que había en el pasado,
hambre, miseria y pobreza
como en tiempo los esclavos.
Pues si eso no es así,
¡cómo poder distinguir:
a los ricos, la nobleza,
no me haga Vd. reír!
Los Reyes siempre vivieron,
en lo alto, en pedestal,
con los carruajes dorados,
y sus trajes y abalorios
no de foto, de postal.
Si coméis y estáis lustrosos
y os protegen las leyes,
no podemos destacar
nosotros, que somos Reyes.
No se puede consentir
que el pueblo estudie idiomas,
pues sabréis como nosotros,
va en serio, no es broma.
Si los jóvenes estudian
como va siendo costumbre
¿dónde vamos a encontrar,
nosotros la servidumbre?
Necesitamos niñeras,
y que el pecho puedan dar
pues los senos de la Reina
nadie los puede chupar.
Hay que buscar cocineros,
barrenderas, planchadoras,
doncellas para la mesa
y que no sean señoras.
¿Cuántas personas creéis
que en Palacio hacen falta,
para que yo esté contenta?
no son ocho, ni son diez,
al menos serán cuarenta.
¿Qué os gusta mi sombrero?
hasta ahí podíamos llegar,
un sombrero como este
sólo yo puedo llevar.
Os habíais desmandado
con esto del bienestar,
ahora en casa tranquilos,
calladitos, sin chistar,
y de eso el Parlamento
seguro se va a encargar.
Próximo tema: Arriba y Abajo
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