(Escrito el 16 de agosto de 2014)
Cuando escribe Celedonio
sus reflexiones, intenta ponerles fecha, dado que desde que las escribe hasta
que se publican, algunas de ellas puede tardar mucho tiempo y las situaciones
han podido cambiar. Esto, hay que tenerlo presente. El hecho de tardar en
publicarse, hace también que algunas reflexiones, que parecen actuales en el
momento de su divulgación, ya llevan escritas desde hace tiempo, sin jugar a
ser profeta.
Cuando me siento hoy ante el ordenador
a escribir, lo hago reivindicando un homenaje que habría que dar a algunas
personas, que para muchas autoridades y algunos miembros de la sociedad estarán
resultando incómodas, pero pienso que para la inmensa mayoría de la sociedad,
se lo tienen bien merecido.
Los españoles estamos muy
habituados a ofrecer homenajes póstumos, cuando en realidad se tendrían que
haber dado en vida. El refrán de que “muerto el burro, la cebada al rabo”,
ha sido muy habitual y a Celedonio ya le ha servido de titular de
sus reflexiones en alguna ocasión.
Los destinatarios de este
homenaje que no les llega son muchos, y como sería imposible relacionarlos a
todos, me voy a referir solamente a algunos de ellos.
¿Es que no se merece un homenaje
la
juez Alaya? Esta mujer incansable, que tantas horas de trabajo habrá
puesto después del horario laboral normal y que la ves con su bolsa o su
carrito, dónde llevará parte de sus papeles y ordenador. ¿No se dan cuenta los
que tienen que darse, la tremenda parva que ha tendido esta señora, a las
personas que ha encausado y toda la suciedad que ha sacado?
¿Qué me decís del juez
Castro? ¿A cuántas presiones no habrá sido sometido sólo por intentar
esclarecer unos hechos que la sociedad tiene derecho a saber? Nada le ha
turbado. Ni sus andares, ni sus silencios y declaraciones han cambiado desde el
primer día.
¿Y el juez Ruz? ¿Cómo le puede
caber en la cabeza tanto lío como lleva, sin llegar a doblegarse y seguir
y seguir….? ¿Y el juez Eloy Velasco? Y así, ¿cuántos
más?
La relación de otros muchos
sería interminable, pero a los responsables de la justicia que están por encima
de ellos, no se les ve ni el más mínimo detalle, no ya de defender la opinión
que ellos tienen de las causas que llevan entre manos, sino de tan sólo de que se
acelere la resolución y que estas pobres personas, terminen de una vez con lo
que llevan entre manos y puedan continuar con otras causas que les vendrá, pues
esa es su vocación, su puesto de trabajo y la carrera que eligieron.
Cuando ves a gente que la premian,
no sé por qué, les dedican calles y plazas sin conocerlos nadie, ni saber qué
han hecho, a estas personas sensatas y trabajadoras, se les margina, deseando
quizá que les llegue su jubilación, un traslado u otras cosas, para que las
causas se tengan que volver a empezar, el tiempo pase, prescriban, se queden
archivadas para siempre y aquí nunca pasó nada.
Si algunas de nuestras
autoridades y parte de la sociedad piensan así, estoy seguro que la mayoría de
la población pensamos distinto, por lo que una muestra de apoyo y/o un poco de
homenaje, no estaría por demás.
Próximo tema: Nuestro amigo el carnicero
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