(Escrito
el 17 noviembre 2014)
Qué ingrata es la
gente
cuánta punta a
todo saca,
quiere saber
dónde fué
a quién víó, que
hizo allí,
por todos lados
ataca.
Pero si fue
Senador
y por tanto gente
honrada,
que apagó muchos
incendios
en esta tierra
quemada.
Asesoró en las
Islas
a gente que no
sabía,
que tenían las
mujeres
que en pocos
sitios había.
Para ver que era
verdad
al menos en
veinte meses
cada quince días
iba,
no debiendo
importar
cuánto dinero
gastó
ni de dónde
procedía.
Pagaba con la
tarjeta,
que le dieron un
buen día,
ignorando los
asientos
en qué cuenta los
hacía,
ya que estaba muy
seguro
que a su cuenta
cargarían.
Quieren sacarle
colores
sin que motivos
los haya,
como todo
ciudadano
paga el recibo la
luz
y también paga el
agua.
¿Qué decir de su
familia,
que le observa
contrariada?
¿cómo puedo
animarla
y no esté
avergonzada?
Si su
familia está triste
según
dice, destrozada,
¿no
serán las consecuencias
de
los cuernos que le puso
a su
mujer, tan amada?
Próximo tema: A vueltas con las tarjetas
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