viernes, 5 de junio de 2015

Al pobrecico Monago



                              (Escrito el 17 noviembre 2014)
Qué ingrata es la gente
cuánta punta a todo saca,
quiere saber dónde fué
a quién víó, que hizo allí,
por todos lados ataca.

Pero si fue Senador
y por tanto gente honrada,
que apagó muchos incendios
en esta tierra quemada.

Asesoró en las Islas
a gente que no sabía,
que tenían las mujeres
que en pocos sitios había.
Para ver que era verdad
al menos en veinte  meses
cada quince días iba,
no debiendo importar
cuánto dinero gastó
ni de dónde procedía.

Pagaba con la tarjeta,
que le dieron un buen día,
ignorando los asientos
en qué cuenta los hacía,
ya que estaba muy seguro
que a su cuenta cargarían.

Quieren sacarle colores
sin que motivos los haya,
como todo ciudadano
paga el recibo la luz
y también paga el agua.

¿Qué decir de su familia,
que le observa contrariada?
¿cómo puedo animarla
y no esté avergonzada?

Si su familia está triste
según dice, destrozada,
¿no serán las consecuencias
de los cuernos que le puso
a su mujer, tan amada?

Próximo tema: A vueltas con las tarjetas

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