(Escrito el 24 agosto 2013)
Que nadie piense que estoy en contra de ninguna de estas expresiones
de descontento, sino que tan sólo deseo hacer algunas reflexiones sobre las
mismas.
En cuanto a las Manifestaciones, pienso que los que
las convocan tienen unas ideas claras
sobre lo que pretenden y tanto la legislación como los ciudadanos que
piensan como ellos, deberían colaborar en su desarrollo.
Recuerdo una de las Manifestaciones masivas a las que asistí. Al
llegar al punto de concentración, me dio un vuelco el cuerpo y pensé para mis
adentros: ya me iría a casa. Lo
primero que vi fue una pancarta sobre un tema que no guardaba ninguna relación
con el tema convocado. ¿Por qué están estos aquí? ¿Pidieron permiso a los que
legalmente la convocaba? Para mí sobraban.
Avanzando un poco más entre el público, veo dos pancartas que están en
contra del tema por el que asistíamos la mayor parte de la gente. ¿Por qué no
convocaron ellos antes o después otra? ¿Porque no tendrían suficiente apoyo….?
Esto que parece no tener importancia, para mí sí que la tiene. Los
medios de comunicación, autoridades o estamentos que no estén de acuerdo con la
que se autorizó, sabrán sacar en sus medios de comunicación a todos estos, que
aunque minoría, pretenderán minimizar el número de asistentes a la
convocatoria.
Las leyes y los ciudadanos deberían apoyar el desarrollo del tema para
el que se solicitó la autorización. Sería una forma de apreciar el apoyo que
tenía su convocatoria. De esta forma, todos los asistentes dirán que apoyaban
la convocatoria no siendo real, pues muchos eran contarios a ella y otros
exponen temas que no guardan ninguna relación.
Con relación a las Huelgas, en un país democrático y
con gente concienciada, creo que habría que hacer algunas consideraciones.
Las votaciones entre los trabajadores, para ver si se va o no a la
huelga tendría que ser secreta, para que nadie se sienta
presionado. Las votaciones “a mano
alzada”, no siempre definen bien el sentir de todos los trabajadores. Mucho
menos las que se puedan decidir sin ningún tipo de votación.
Si la votación ha sido secreta, los piquetes deberían ser tan
sólo informativos, sin coaccionar, ridiculizar o insultar al que en secreto
votó que deseaba trabajar.
El más perjudicado con la huelga, tendría que ser aquél sobre el que
se dirige la protesta, aunque a veces los ciudadanos tendrán que soportar y
sufrir las incomodidades.
En ambos movimientos
ciudadanos, hay que tener presente, el fin de cada uno y a quién va dirigido.
Cuando en uno u otro o en ambos, las concentraciones traen consigo destrozos y
actos vandálicos, no se puede esperar que estos tengan el apoyo de los que no
asistieron. La repulsa será la respuesta y entonces lo pagarán justos por
pecadores. Si somos responsables, actuemos como tal y si no se es, mejor
quedarse en casa.
Próximo tema: Diálogo entre Señoras
No hay comentarios:
Publicar un comentario