(Escrito el 19 de septiembre 2015)
Desde siempre, el ser humano ha
buscado mejorar sus condiciones de vida, por lo que le ha hecho encaminarse a
sitios distintos de su hábitat local, si allí preveía que podía encontrarlas.
Con este objetivo hemos podido conocer diversos movimientos migratorios a
través de la historia.
En España, conocimos la emigración
de los años 50, 60 principalmente hacia los Países de Europa, pero aquella
emigración estaba de alguna manera planificada. Muchos de los emigrantes iban
ya con contrato de trabajo y los que no, tenían esperanza de encontrarlo, bien
por sus propios medios, o a través de algún conocido que había partido con
anterioridad. Hoy día, todavía continúa esa emigración temporal, con contrato de
trabajo previo, como es en el caso de la vendimia al Sur de Francia.
A finales de los 90 y sobre todo
en el Boom de la construcción, España recibió muchos emigrantes, tanto
sudamericanos como del Continente Africano. Los que encontraron trabajo
hicieron de reclamo de otros paisanos que veían aquí la posibilidad de mejorar
su medio de vida. Con la crisis, se terminó el poder encontrar nuevos puestos
de trabajo. Pero como en sus países de origen las posibilidades de mejora no
las encuentran, se lanzan una vez más a la búsqueda de la aventura a través de
las fronteras más cercanas que son los países de Europa mediterráneos.
Ante estas avalanchas, los
países buscan frenar estas entradas de distintas maneras. En esta situación Celedonio
reflexiona. ¿No hay posibilidad de que en sus países puedan mejorar sus
condiciones de vida? ¿No pueden hacer nada los distintos Gobiernos para
ello? Cierto es que unos proceden de
países muy pobres, donde muchas actividades empresariales puede resultar
difíciles, pero ¿no hay países que sus mandatarios viven en una opulencia total
y su suelo no es tan pobre?
¿Cómo podemos hablar de
humanitarios cuando los productos se destruyen muchas veces por cuestiones
comerciales, sin pensar que hay otros muchos seres humanos que no tienen nada
para llevarse a la boca? Eso de la solidaridad ¿qué es? ¿Cómo somos capaces de
mantener ese vocablo en nuestros diccionarios, visto el ejemplo que damos? Hay
problemas que se tienen que afrontar desde lo más alto, a través de las
Organizaciones Internacionales que ya existen. Resolverlos será difícil, pero
intentarlo es lo mínimo que se puede pedir.
Si la emigración, es un tema al que no se le ha
encontrado solución, desde hace algún tiempo se está presentando el de los refugiados.
Aunque las causas del mal sean distintas, las consecuencias son las mismas.
Mirar de encontrar un sitio dónde poder vivir. Ante esta situación, también Celedonio
quiere reflexionar. En tiempo de Viriato y D. Pelayo las guerras y
discrepancias se resolvían a pedradas y cuerpo a cuerpo, pero ahora, las
batallas se libran con las armas. ¿Quién les vende las armas a esos países que
luchan? ¿Me quieren decir que son de fabricación propia?
Por favor: ¡ seamos sensatos !
Si presumimos de palabras, tales
como: Democracia, Humanitario, Convivencia, Tolerancia, Igualdad, Solidaridad,
etc. obremos en consecuencia. Pues visto
lo visto, quizá: Explotación, Riqueza, Negocio,
Hipócritas, etc ……… iría mejor.
Próximo tema: Resumen de Celedonio 2015
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