(Escrito el 10 de febrero 2017)
La primera reflexión de Celedonio en este Blog, el 29 de marzo
de 2009, la titulaba: ¿Eres feliz? En ella, se decía que
la contestación a la pregunta de ¿qué harías si te tocase la lotería?, el
encuestado respondió: “Hartarme bien de migas y dormir hasta el mediodía en la pajera”. Sin
conocerlo, nos imaginamos, cual era la situación del que contestaba.
Mucho ha llovido desde entonces
y muchas cosas de las que han pasado, hemos visto. La contestación que podrían
dar algunas de las personas que vemos mendigando por nuestras calles a esa
misma pregunta, aunque actualizada, quizá siguiese a la expresada más arriba o
muy similar.
Sin embargo para otros, la
felicidad debe ser otra cosa muy distinta, por lo que la buscan por sitios muy
diferentes. Me refiero a personajes como: Bárcenas, Granados, Díaz Ferrán,
Urdangarín, Mario Conde, Rato, etc.
Cualquier lector puede seguir
haciendo lista. Supongo que todos los delitos de los que se les acusa, tendrán
algo que ver con su felicidad, pues si no es así ¿qué buscaban?
He leído, que así como hay
personas adictas al alcohol o a ciertas drogas, las hay también que su instinto
les dice que tienen que destacar, sobresalir, etc. Nunca tienen bastante con
nada, pues siempre se puede conseguir más. Hay refranes como: “la
avaricia rompe el saco”, pero ni por esas. Prefieren la canción: “y
todos queremos más”
Celedonio se pregunta: ¿pueden ser felices esas personas? Con
lo bonito que es, salir de tu casa cuando quieres, sólo o acompañado, ir a
todos los sitios que te apetece (bares, cines, bibliotecas, et.) sin que nadie
te pregunte, ¿cómo se puede ser feliz, si tienes que llevar escolta, tener que
entrar sólo dónde te conocen, porque no van a decir nada, etc? Si tienes todas
tus necesidades cubiertas ¿por qué quieres más? ¿están drogado para
eso?
¿Qué hace la sociedad para
intentar corregirte? Si exceptúas lo de hablar, de lo demás nada. Si te
metieron en la cárcel una temporada que siempre es muy breve, vives en ella
según nos cuentan a cuerpo de rey. No hay tratamientos de ejemplaridad. Si has
vivido en la abundancia, no estaría por demás que vivieses unos días con un
poco de escasez. Si te dedicas al espectáculo, no hay problema, pues si sales
el llenazo, será mayor. Etc.
Cuando a uno se le va acercando
el final, por edad o enfermedad irreversible, cuando esté consciente vendrá a
su mente escenas vividas y muchos recuerdos. ¿Qué pensamientos les vendrá a su
cerebro a estas personas? ¿De alegría por haber burlado a la justicia? ¿Contentos por haberse enriquecido? ¿Sentirá
felicidad por todo lo que ha hecho?
Por si lees esto, te recordaré
que hay un refrán que dice: “Uno hace una
fortuna, los que le siguen la conservan y la siguiente generación se la pule”.
Quizá cuando cometías todas estas fechorías, pensabas en tus hijos y en tu
familia. No olvides, que por muy distintos que sean a ti, siempre llevarán el
San Benito encima: hijo de…familia de…
y a veces esto es una losa que tiene que soportar.
Si eres creyente, ¡no
pensarás que en el más allá vas a estar con el que anhelaba comer migas o que
gran parte de su vida se la pasó en la calle! Pues si resulta ser que
es así ¡vaya felicidad que conseguiste!
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