lunes, 17 de julio de 2017

A Esperanza Aguirre



(Escrito el 25 de abril 2017)
El 13 de marzo de 2015, Celedonio publicaba en este Blog unas reflexiones que había escrito  el 31 de octubre de 2014 y que titulaba: O Esperanza o el Caos. Para Vd. entonces todo era positivo, todas sus personas cercanas eran ejemplares y podía mirar por encima del hombro de cualquiera. Hace un par de días dimitió. ¡Qué contraste!

Si no recuerdo mal, hubo un tiempo que se dijo que estaba trabajando en una empresa cuya actividad era “caza talentos”.  A la hora de decidirse a realizar otras actividades fuera de la política, ¿encontró esta empresa en la búsqueda o fueron por Vd. pensando que tenía una cualidad innata para seleccionar el personal? Tantos cargos que Vd. había nombrado a dedo y prácticamente todos habían sido y seguían siendo ejemplares en sus cometidos ¿no cree que no era de envidiar? Esa empresa por su historial la tenía que fichar.

No se si esa actividad la dejó, si sigue todavía en ella, ni tampoco conozco en la “caza de esos talentos” si además de su coeficiente intelectual, buscan algún otro parámetro. Lo digo porque creo recordar que José Luis Sampedro decía que había dos tipos de economistas: los que buscaban hacer más rico al rico y los que pretendían que el  pobre fuese menos  pobre. A sus colaboradores, nada les tienen que agradecer los vecinos de Madrid, por los que tenían que haber trabajado. No se si el Partido les estará agradecido. Por lo que se está viendo, la  parte más jugosa de su trabajo fue destinada para ellos mismos. Para uno que cobra del erario público resulta ser poco ejemplarizante.

Vd. siempre dejó claro que no sabía nada y les sacó la cara. Perdone, pero en la vida, además de ser honrado hay que parecerlo y en los cargos, aunque no se estipule en los contratos o en el nombramiento, hay un apartado implícito que es el de la responsabilidad. ¿Qué diría del Director de un Colegio que no se entera del comportamiento de sus profesores? Lo que puedan hacer fuera del Colegio no tiene por qué saberlo, pero dentro bien tiene que estar sabedor.

Acaso ¿nunca se preguntó cómo era posible que pudiesen llevar ese tren de vida? ¿No comparó nunca su sueldo con los que ellos percibían? Hemos pasado y estamos pasando tiempos de crisis. ¿Se ha parado a pensar lo que se podría haber hecho con todo el montante que se han llevado?

Antes, cuando funcionaba la peseta, solamente hablar de millones nos parecía mucho, pero ahora ¿se ha parado a pensar que muchos en toda su vida laboral no llegarán a cobrar un solo millón de euros? Posiblemente a Vd. que nunca tuvo problemas económicos no le parezca extraño escuchar cantidades como estas, pero al ciudadano de a pie, que somos la mayoría nos parecen esa cantidades de las que se hablan, simplemente escandalosas.

Durante muchos años estuvimos escuchando lo del milagro alemán, cuando comparábamos cómo quedó Alemania después de la guerra y cómo la vemos desde hace muchos años. Aunque recibió muchas ayudas, los alemanes trabajaron duro. Para Celedonio el milagro es el español. ¿Cómo podemos sobrevivir  después de sufrir el asalto de todos estos cuatreros que conocemos y el de todos los que faltan por destapar?

Si la historia narra los acontecimientos que sucedieron en los tiempos pasados, los futuros historiadores tendrán faena en poner en orden y dar a conocer todos estos desmanes que estamos viendo ahora y que ni siquiera queremos reconocer.

Próximo tema: El Copago

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