(Escrito el 25 de abril 2017)
El 13 de marzo de 2015, Celedonio publicaba en este Blog unas
reflexiones que había escrito el 31 de
octubre de 2014 y que titulaba: O Esperanza o el Caos. Para Vd.
entonces todo era positivo, todas sus personas cercanas eran ejemplares y podía
mirar por encima del hombro de cualquiera. Hace un par de días dimitió. ¡Qué
contraste!
Si no recuerdo mal, hubo un
tiempo que se dijo que estaba trabajando en una empresa cuya actividad era “caza
talentos”. A la hora de
decidirse a realizar otras actividades fuera de la política, ¿encontró esta
empresa en la búsqueda o fueron por Vd. pensando que tenía una cualidad innata
para seleccionar el personal? Tantos cargos que Vd. había nombrado a dedo y
prácticamente todos habían sido y seguían siendo ejemplares en sus cometidos
¿no cree que no era de envidiar? Esa empresa por su historial la tenía que
fichar.
No se si esa actividad la dejó,
si sigue todavía en ella, ni tampoco conozco en la “caza de esos talentos” si además de su coeficiente intelectual,
buscan algún otro parámetro. Lo digo porque creo recordar que José
Luis Sampedro decía que había dos tipos de economistas: los
que buscaban hacer más rico al rico y los que pretendían que el pobre fuese menos pobre. A sus colaboradores, nada les
tienen que agradecer los vecinos de Madrid, por los que tenían que haber
trabajado. No se si el Partido les estará agradecido. Por lo que se está
viendo, la parte más jugosa de su
trabajo fue destinada para ellos mismos. Para uno que cobra del erario público
resulta ser poco ejemplarizante.
Vd. siempre dejó claro que no
sabía nada y les sacó la cara. Perdone, pero en la vida, además de ser honrado
hay que parecerlo y en los cargos, aunque no se estipule en los contratos o en
el nombramiento, hay un apartado implícito que es el de la responsabilidad.
¿Qué diría del Director de un Colegio que no se entera del comportamiento de
sus profesores? Lo que puedan hacer fuera del Colegio no tiene por qué saberlo,
pero dentro bien tiene que estar sabedor.
Acaso ¿nunca se preguntó cómo
era posible que pudiesen llevar ese tren de vida? ¿No comparó nunca su sueldo
con los que ellos percibían? Hemos pasado y estamos pasando tiempos de crisis.
¿Se ha parado a pensar lo que se podría haber hecho con todo el montante que se
han llevado?
Antes, cuando funcionaba la
peseta, solamente hablar de millones nos parecía mucho, pero ahora ¿se ha
parado a pensar que muchos en toda su vida laboral no llegarán a cobrar un solo
millón de euros? Posiblemente a Vd. que nunca tuvo problemas económicos no le
parezca extraño escuchar cantidades como estas, pero al ciudadano de a pie, que
somos la mayoría nos parecen esa cantidades de las que se hablan, simplemente
escandalosas.
Durante muchos años estuvimos
escuchando lo del milagro alemán, cuando comparábamos cómo quedó Alemania después
de la guerra y cómo la vemos desde hace muchos años. Aunque recibió muchas
ayudas, los alemanes trabajaron duro. Para Celedonio
el milagro
es el español. ¿Cómo podemos sobrevivir
después de sufrir el asalto de todos estos cuatreros que conocemos y el
de todos los que faltan por destapar?
Si la historia narra los
acontecimientos que sucedieron en los tiempos pasados, los futuros
historiadores tendrán faena en poner en orden y dar a conocer todos estos
desmanes que estamos viendo ahora y que ni siquiera queremos reconocer.
Próximo tema: El Copago
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