(Escrito el 2 de agosto 2017)
La semana pasada un buen amigo
me sugirió el título de la reflexión de hoy y se lo agradezco. Lo que no se si
acertaré es en su desarrollo.
En el pueblo de Celedonio, allá por los años 40 del
siglo pasado, nos contaban a los críos, que hacía muchos años, un chico salió
después de cenar de su casa con una tea encendida a hacer sus necesidades en el
campo próximo. Como tardaba en regresar, fueron a buscarlo y vieron una luz a
lo lejos que se movía. Un lobo se lo había llevado.
Historias similares a estas no
faltarían en los distintos lugares, pues por entonces la presencia de los lobos
no era rara. Lo que sí hemos conocido es que los pastores, sobre todo cuando
iban en trashumancia llevaban además de los perros habituales los mastines, de
gran tamaño y provistos de un collar con púas. Era para defenderse y
contraatacar a los lobos que se cercaban al rebaño.
Si bien durante años no se tuvo
noticias de ellos, desde hace algunos han aparecido por nuestra Región y hace
pocas fechas, podríamos decir que en los alrededores de Zaragoza. Atacaron a un
rebaño en la zona de Leciñena – Perdiguera. La reacción de la población ante su
presencia como en otros muchos temas ha sido muy variada. Mientras unos
reniegan de él, otros le dan sus bendiciones. Los afectados reclaman los daños,
los que tienen que pagar se resisten a hacerlo y las indemnizaciones no siempre
son justas. El daño producido en el rebaño, no es solamente las dos ovejas
muertas o dañadas.
En estos casos sería bonito que
los amantes del lobo, convivieran en sus proximidades, se pudieran acercar para
observarlo y hasta podrían publicar un libro con sus vivencias. ¡Sería
maravilloso! Claro está que en este caso tendrían que ser los dueños del rebaño
y los que contemplasen todo el proceso. Que admirasen toda su belleza, pero que
sufriesen también sus consecuencias. ¿Cómo se puede concebir una Comunidad
Autónoma o una Comarca sin lobos? ¡Con lo bonitos que son! ¡Hasta se podría
pagar por verlos!
Estos amantes del lobo, podrían
formar también una Sociedad, con aquellos que protestan y están en contra de
los pantanos, regulación de los ríos, etc. Si no son capaces de hacer ninguna
contra propuesta a las oficiales, dónde se podría almacenar el agua, para su
uso posterior, demuestran tener una vocación total por el secano. Estos también
podrían escribir un hermoso libro sobre el terreno, describiendo como nacen las
plantas del cereal, como va ahijando y encañando y después de todo esto
positivo detallar cómo en el momento del espigado la perspectiva de cosecha se
viene abajo, la producción es prácticamente nula y los ingresos están
relacionados con la producción. Claro está, ante esta situación también podrían
contar la belleza del romero, el colorido de la aliaga, el trabajo de las
abejas. Todo esto podrían combinarlo con lo que apreciasen en las plantas de
esparto, la lavanda o espliego, el tomillo, el coscojo, etc.
¡Qué bonito es el lobo! ¡Qué
bonito es el campo! Hasta podría surgir una nueva generación, amante del
lobo y del secano, que vete tú a saber hasta dónde podría llegar. En nuestro
Aragón habría muchas zonas dónde poder ubicar a estas Sociedades. Puesto que de momento tenemos lobo, aunque sería
necesario una pareja, para que criasen, propongo cercar una parte de esos
secanos de Leciñena, Perdiguera, Alcubierre, Lanaja,etc
Me encantaría poder verlo dentro de unos cuantos años y leer esos libros a los que menciono. Ya que
lo disfrutan también podrían contribuir a pagar los daños.
Próximo
tema: Algo tendrá que cambiar.
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