(Escrito el 7 de agosto 2017)
Como ya indiqué en alguna otra
ocasión, cuando en Zaragoza se trazó el Tercer Cinturón, los Medios de
Comunicación, exponían las quejas de algún colectivo porque se talaban pinos en
la zona de Torrero y Venecia. A esas quejas, pronto respondía uno personalmente
indicando que esos pinos se habían plantado de forma voluntaria, a prestación
personal. Tras esta contestación cabría
preguntarse: ¿cuántos pinos han plantado esos colectivos que ahora protestan
por talar los necesarios para hacer esa vía de comunicación? Si somos tan
amantes de la naturaleza ¿Cuál es la reacción a semejante desforestación que ha
habido en España?
En los años 50, recuerdo
celebrar el día del árbol al menos en algunos pueblos. A los chicos del Colegio
nos llevaban a plantar tu árbol que te comprometías a cuidar. ¿Qué ha quedado
de toda esta sensibilidad por los árboles? No estaría por demás que anualmente
los Viveros municipales, autonómicos y estatales, criasen miles de pinos u
otras especies y que después los vecinos, encabezados por esos grupos que
protestan ahora se plantasen. ¡Otro aspecto podría tener nuestro paisaje! Celebramos
el día del padre, de la madre, del cáncer, del enamorado, etc. pero el día de
árbol que un día existió se borró del calendario. Comercialmente no interesa.
Grupos inconformistas
manifiestan su oposición cuando se trata de hacer un pantano u embalse. Exponen
que el impacto ambiental se deteriora o que empresas que explotan ciertos
deportes en esas aguas van a ser perjudicadas. Para embalsar el agua no es
necesariamente que exista un río, ni hacer la presa en su cauce (el Pantano de
la Sotonera en Huesca nos lo demuestra). ¿Por qué no señalan estos Grupos,
puntos alternativos para detener el agua? Si las empresas que explotan ciertos
deportes perderían tanto ¿cuánto estarían dispuestas a aportar por cambiar de
sitio? Estamos viendo que cada vez se necesita más el agua, que las lluvias son
más espaciadas y torrenciales, etc ¿es que no se puede consensuar un sitio para
almacenarla?
Últimamente ha aparecido el tema
del lobo y aunque más distante podrá ser el del oso. Si no los hay aún,
aparecerán Grupos defensores de estos animales, que bien seguro no tendrán nada
que ver con la ganadería extensiva a la que puedan dañar, sino que son amantes
de los animales porque sí. No serán capaces de evaluar los daños que puedan
causar. No serán partidarios que a estos animales se les cerque y no puedan
salir de la zona acotada, pues sería restarles libertad. ¡Pobres animales! dirán,
pero poco se acordarán de esos ganaderos que siempre han pastado en esas zonas
y que sus rebaños pueden llegar a ser dañados. ¿Quién tiene preferencia en
estos casos? ¿Qué está dispuesto a aportar los que piensen así? Que
lo pague el Estado… será posiblemente su contestación.
Otros Grupos se oponen a que los
ríos sean encauzados y no permiten que se corten ramas y árboles, que se
draguen ciertos trozos de cauce, etc. El río según ellos debe de ir por dónde
le plazca. Tampoco estos, tienen campos en su orilla y viven de ellos.
¿Razonan todos estos Grupos en
sus actuaciones? ¿Son el NO por el NO?
Cuan distinto comportamiento
tenía los vecinos de muchos pueblos en los año 40 y 50 del siglo pasado cuando
los problemas que surgían en los pueblos se solucionaban de común acuerdo y
tenía que dejar tu trabajo previsto, pues te avisaban que tenías que ir de
vecinal.
Próximo tema: A Ivan Redondo
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