(Escrito el 19 de septiembre 2018)
El patrón siempre quiso los
mejores trabajadores para su empresa. Los trabajadores siempre buscaron
colocarse en una buena empresa. En los años 50 y 60, época del éxodo rural,
muchos trabajadores sobre todo para puestos base se colocaron por las
referencias que los trabajadores daban de él en la empresa y la empresa
confiaba en lo que le decía aquél que trabajaba allí.
Este conocimiento del trabajador
por parte de la empresa, hizo que muchos padres colocaran con él a sus hijos.
El haber conocido al padre, era un punto de apoyo para el hijo. Las buenas
referencias siempre se tenían en cuenta.
Más tarde y sobre todo para
puestos de mayor nivel, al haber varios que se presentaban para el mismo
puesto, se puso en marcha lo del Curriculum, y el que buscaba trabajo se
acostumbró a tener presente una buena relación de cosas que podía aportar. El
que los evaluaba decidía. Que todo lo que se decía en ese Curriculum fuese
verdad, no lo sabemos, pues tampoco se estudiaba tanto. El seleccionado tendría
que demostrar su valía y si no iría a la calle y podrían coger otro de los que
se presentaron.
El afán de aportar lo que no se era, se empezó a hacer público
en algunos casos. Recordemos al que llegó a ser político muy famoso, que en la
vida laboral se le conocía como “controlador de tiempos” en un taller y
parece ser que él exhibía en su tarjeta de visita la titulación de “Ingeniero Industrial”.
En la Administración y según
para qué puestos se tenía en cuenta, los trabajos anteriores que habías
realizado, los cursos que habías recibido, etc. Todo podía contribuir a
conseguir el puesto de trabajo.
Todo esto que hasta la fecha se
había considerado como normal ha sido
neutralizado por la aparición de los
Master, Licenciaturas, Doctorados, etc que han aparecido en la clase política,
y sobre ellos va la reflexión de Celedonio.
Si el político en cuestión, era
sabedor de cómo consiguió ese título que aporta,
¿para qué lo pone en su Curriculum? Cuando
en política los puestos no se consiguen por oposición, ¿para qué poner en entredicho de
la forma que se ha conseguido? Un título se consigue a base de superar unas
pruebas tras recibir unas enseñanzas sobre dicho tema. Si no fuiste a clase
porque nadie te vio, no hiciste el examen como los demás y no puedes aportar
físicamente tu trabajo ¿cómo nos puedes convencer?
Con los medios que hay hoy día y
la facilidad que se tiene con el “copiar y pegar”, compadezco al
tribunal que tiene que corregir, para juzgar que lo que se aporta sea cosecha
propia.
A Celedonio le parece, que los afectados han tenido poca vista.
Sabiendo que iba a tener un nombramiento a dedo, o que no le hacía falta para
ganarle la plaza a otro, no se tenía que
haber metido en este desmadre. Cualquier
solución que se le quiera dar, no nos convencerá por lo menos a muchos. Si el
político debe dar ejemplo en todo, en este caso, aunque sea un poco tosco
habría que decirle “que la ha cagado”.
Próximo tema: Encuestas, cambios de voto, etc.
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