(Escrito el 23 de noviembre 2018)
Desde hace muchos años, estamos
oyendo hablar a la clase política sobre La Memoria Histórica, tema que sólo
trata de las consecuencias de la Guerra
Civil y sobre el cual Celedonio no
quiere ni comentarlo.
¿No habría que contemplar otras
cosas en la Memoria Histórica? Con la llegada de las Autonomías, Celedonio pensó que en cada una de ellas
se trataría de estudiar sus orígenes,
cómo fue su desarrollo y darlo a conocer entre sus habitantes. En algunas de
ellas se trataba de recuperar su lengua y hacer que los ciudadanos la
conociesen y practicasen y así lo hicieron.
¿Cómo era la vida de nuestros
antepasados? ¿Qué cosas hacían y que ahora no se conocen? Muchas veces se ha dicho que es
difícil el entendimiento entre padres e hijos y en ocasiones ha sido porque los
hijos desconocen cómo vivieron sus padres. El conocer el pasado siempre se
conoció a través de la historia y los historiadores se han nutrido de lo que
han encontrado en los archivos, de lo que han sacado de las tradiciones y de lo
que han supuesto que sería así. ¿no sería más fácil que lo contaran los propios
protagonistas?
Es de admirar que en ciertas
localidades se rememoren anualmente trabajos de nuestros antepasados como son
la siembra del cereal, la siega manual, la trilla con caballerías y también la
matacía. En otros, en las fiestas se les dedica algún día a los llamados
trabajos artesanos y a los juegos infantiles. ¿No es esto parte de La Memoria
Histórica? ¿Por qué no se fomenta y se generaliza más?
En cada Provincia, cada Comarca
y en muchas localidades, han existido montón de actividades y juegos que fueron
tradicionales, que nos hacían estar más unidos y que convendría recordar.
Celedonio, en su Blog, las semanas 78 y 91 del mismo las dedicó a
parte de ello, titulándolas “Cosas que no verás”. Por más de que
no se van a ver ya, sería bueno recordarlas. Cómo se trabajaba la tierra y los
cuidados que se daban a los cultivos, el manejo de la ganadería y de los
animales, los juegos de los chicos, el tiempo libre, etc.
Si parece bien que muchos
busquemos recordar el pasado y nos sentimos orgullosos de dar a conocer
nuestros trajes regionales, nuestros bailes, etc. ¿por qué no llegar a muchas
más cosas? ¿No se tendrían que dar a conocer muchas de estas cosas desde las
Escuelas, los Institutos, etc?
Celedonio
cree que no hay que restarle horas lectivas a las materias que la Ley de
Educación Vigente establezca, sino que bien se podría recibir como clases
extraescolares o complementarias que siempre las hubo. Recordemos en nuestra
infancia las clases de adultos.
Hace falta mucho presupuesto para ello se me
dirá. No lo veo yo así. Muchos jubilados no cobraríamos nada por enseñar lo que
sabemos y nos prestaríamos voluntarios.
Se podrían aprender muchas cosas
que no contempla La Memoria Histórica que nos unirían y no hablar sólo de la Memoria
Histórica que plantean que sólo hace dividirnos y enfrentarnos. Si no
es así, después lo leerán en los libros de Historia.
La idea está tirada. A ver quien
la recoge.
Próximo tema: La hucha de los chinitos
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