(Escrito el 30 de julio 2016)
Después de tantos
escritos
que hago al cabo
del año,
nunca le hice
ninguno
a la planta del geranio.
Esta planta
agradecida
que mucho, mucho
embellece,
tengo miedo no
tratarla
como ella se
merece.
Hay que tener
muchos dones
y amueblada la
cabeza,
si tu quieres
expresar
su extraordinaria
belleza.
Sus coloridos son
varios
y no los quiero
nombrar,
pues quizá el más
bonito
lo podría
olvidar,
ni tampoco yo soy
quien
que el preferido
por mí
imponerlo a los
demás.
Adornas muchas
ventanas
ventanucos y
balcones,
embelleces muchos
patios
las paredes y
rincones.
Hay sitios que tú
concursas
y se establecen
los premios,
en otros que yo
te veo
te alzas en
campeón
de todos, todos
los gremios.
Hay sitios que te
protegen
de lo crudo del
invierno,
otros te dejan
morir
pero tanto te han
querido
que al llegar la
primavera
van presto al
invernadero,
y allí te
seleccionan
y con todo su
cariño
te trasplantan a
maceta,
pequeña, grande o
caldero.
Por muchos sitios
que paso
a ti geranio
te veo,
pero dónde más me
gustas
¡arriba, en el
Pirineo!
Cuando estás en
los balcones,
o adherido a las
paredes
allí nos muestras
a todos
el encanto que tú
tienes,
otras veces en la
acera
eres centro de
miradas
de los que van y
que vienen.
Eres rústico, no
veas,
tú aguantas sin
chistar,
y respondes
dignamente
al que te quiere
podar.
De cada yema, un
brote,
de cada brote una
flor,
no importando los
que haya
¡cada una cual
mejor!
Y tan hermoso tú
eres
y tanto te has
destacado,
que hasta una
mosca en ti
muchas veces se
ha fijado.
Por la mosca del geranio,
a esa plaga
conocemos
y en cuanto la
detectamos
contra ella
lucharemos.
Me gustas cuanto
te veo,
de uno al otro
confín,
en Biescas, en
Piedrafita,
en Hoz, El Pueyo
y Gavín.
Que el geranio
es el rey,
de todas plantas,
un hecho,
y sino que lo
admiren
allá en el pueblo
de Ansó,
de Siresa o de
Hecho.
Que nadie se
sienta triste
porque no lo haya
nombrado,
si en su pueblo
hay geranios,
puede igualar a
estos
o muy fácil
superarlos.
Escribo como un
juglar,
y lo que veo lo
cuento,
por eso tenía
ganas
de escribirte
unas líneas,
y una vez que
están escritas
me despido al
momento.
Próximo tema: Y ahora…llegó Errejón
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