domingo, 9 de febrero de 2020

Al río de mi pueblo (Arba de Biel)


(Escrito el 12 de abril  2015)
Nunca fuiste un río grande,
si bien, cuando era yo crío
muy grande me parecías,
al llevar caudal normal
o tras tronada crecías.

Te recuerdo aun ahora
a pesar de tanto años
cuando iban por tu cauce
las galeras y los carros.

Te recuerdo en el invierno
el cruzar de los rebaños
por aquellos puentes, muchos,
puentes de troncos de pino
y  buenas ramas de bucho.

Te recuerdo cuando iban
a darse, pero buen tute,
cuando volvían el agua
y te hacían buena zute.

Te recuerdo con detalle
como si  ahora fuera,
cuando en pleno verano
colocaban la caldera.

Te recuerdo cuando iban
a bañarse gente fina,
a los pozos que formabas
o a las frecuentes badinas.

Te recuerdo en septiembre,
a la memoria me vino,
cuando dentro de tus aguas
cocían cáñamo y el lino.

Te recuerdo la paciencia
que en tu caso grande era,
cuando para poder cruzarte
se ponían pasaderas.

Te recuerdo cuando a veces,
hacías una sonada,
cuando tu caudal crecía
producto de la tronada,
y todo lo que pillabas
por delante te llevabas.

Estos recuerdos son ciertos,
la memoria nada inventa,
aunque pensando yo en esto
me voy, a los años cuarenta.

Ya no existen las acequias,
ya  no siembran como antes
tantas patatas, judías,
las cebollas y guisantes.

Ahora, hay algún huerto,
que lo cuida el productor,
pero el riego lo hace
con un pequeño motor.
Esta forma de regar
a la gente ya no extraña,
antes el agua corría
ahora el motor la saca
de dentro de tus entrañas.

Ya no hay puentes con maderos,
para pasar el ganado,
pues los rebaños de antes
casi, casi, han acabado.
No digamos del espliego,
ni del cáñamo, ni el lino,
aquello pasó a la historia,
ahora hay tejidos más finos.

Este río de mi pueblo
ya no es lo que antes era,
la maleza te ha invadido
no pareces ni gravera,
y como agua no llevas
se acabó las pasaderas.

Con los tiempos, todo cambia.
y de verdad esto digo,
aunque ahora llueve menos
nuestro río se ha escondido.

Ya no quitan el ramaje
que con el tiempo has traído,
ya no cortan la maleza
que en la orilla ha crecido,
por eso al verte ahora
después de setenta años
quiero escribir estas cosas
¡como yo, te he conocido!

                                                        Próximo tema: ¿Hacia dónde caminamos? (01)

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