(Escrito el 4 de agosto 2019)
Aunque en otras
os nombré
hoy os quiero recordar
para volver a
deciros
lo mucho que
habéis cambiado
no se podía
soñar.
Recuerdo cuando
pastaba
el ganado
desanchado
y desde lejos
veías
al pastor muy descansado.
Se apreciaban los
fajones
los campos, las
almendreras,
alguna que otra
carrasca
y escuchando la
ciercera,
veías algún
corral
aunque escachado
estuviera.
Veías desde muy
lejos
el camino de Balzargas,
y observabas a los machos
que trasportaban las
cargas.
Pero esto ya pasó
y no has perdido
ocasión
de vestirte y
evitar
la llamada
erosión.
Nos has hecho
olvidar
y nos has puesto
en aviso
ahora tú solo
tienes
los pinos y
carrasquizos,
las aligas y
romeros
y algún que otro
erizo.
Ya no veremos los
campos
ni articazos
verdaderos,
donde crecía el
espliego
por dónde iban
caminos
y cruzaban los senderos.
Y lo poco que
ahora llueve
todo eso te lo
tragas
y haces que al
río Arba
ya no le lleguen
las aguas.
Con eso tú
colaboras
a que no
haya crecidas
cuando antes
buenos chorros
por el Arba
tú veías.
Y los jóvenes de
ahora
aunque busquen lo
que quieras
nunca más
encontrarán
en el río
pasaderas.
Oiremos que el
paisaje
es ahora muy
bonito,
pero los que te
conocimos
diremos que eres
distinto.
Próximo tema: Cuando los años…ya pesan (06)
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