Mentes privilegiadas
El mismo senderista que relataba La Pluma, La Mano y La Cabeza con más de 70 años, recordaba este escrito que lo había aprendido de crío
He leído,……..no se dónde,
que en el mes de,……no se cual,
el año de,…… no se cuántos,
hubo en,… no se qué ciudad,
vista de,… no se qué causa,
en,…. no se qué tribunal,
contra,…. no se qué sujetos,
por,….no se que atrocidad.
Ello es, que el proceso era,
escabroso y singular,
por tratarse de asuntillos
contrarios a la moral.
Pero como en aquel pueblo,
eran, y acaso aún serán,
públicas todas las vistas
según precepto legal,
no hubo medio de impedir
el que, por curiosidad,
todas las mujeres fueran
y llenaran el local.
Al verlas el Presidente,
que era hombre vivo y sagaz,
dijo: tengo por seguro,
que las damas que aquí están,
no saben de que se trata,
y es mi deber suplicar
que se retiren aquellas
que tienen honestidad.
La indirecta no hizo efecto
pues ni una hizo el ademán
de levantarse siquiera,
y entonces con mucha sal,
dijo el Presidente: Ujieres,
puesto que han salido ya
todas las damas honestas…,
haced salid las demás.
Próximo tema: A la fregona
No hay comentarios:
Publicar un comentario