Mentes privilegiadas
Con 85 años, un compañero Senderista
recitaba esto. Lo había aprendido de crío
A la Feria Balaguer
un montañés acudió,
a comprarse una burra
de la clase superior.
Este, quería una burra
que fuese gorda y ligera
que no tuviera tachas
ni le costase una perra.
Después de correrlo todo
a una pared se arrimó,
y allí empezó a pensar
de qué modo haré yo,
para mi gusto lograr.
Si encontrase algún tonto
que me quisiera cambiar,
la mujer por una burra
ganaría buen jornal.
No he de salir de la Feria
sin llevar caballería,
pues yo no puedo labrar
y mis haciendas hacer,
pa estar sin caballería
más vale estar sin mujer.
Además como esta mía
que siempre me hace enfadar,
pues mi mujer es tuerta,
es manca y legañosa,
coja, borracha, embustera,
y al mismo tiempo gibosa.
No le queda ningún diente
y habla pero muy mal,
ahora verán ustedes,
¡ el resultado que da!
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